No se puede tener siempre suerte a la hora de debutar en una profesión: yo la tuve con mi primer destino, la Agencia EFE, y con el primer personaje al que me tocó entrevistar para este medio, Olivia Newton-John.
La fecha que les propongo revivir es el 26 de abril de 1991. La actriz y cantante australiana iba a actuar en el programa Viva el espectáculo, de Concha Velasco. Poco antes de que se reuniera con los periodistas allí convocados, una encargada de prensa nos rogó que en ningún caso preguntásemos a Olivia por su reciente enfermedad (Eran otros tiempos, e incluso los debutantes respetamos ese deseo).
Durante la grabación del programa, la cantante interpretó «Magic», una de las canciones de la banda sonora de Xanadu. Con pantalón negro y chaqueta dorada, Olivia revivió ese tema de 1980 sobre un escenario brumoso, iluminado con tonos violetas y azules, que ‒digo yo‒ intentaban recordarnos el primer número de aquella película («I’m Alive»).
El vapor denso que producía una máquina de humo le daba a aquella escena un aire evocador, y también decadente. Al fin y al cabo, para muchos de nosotros, Olivia Newton-John aún era el icono de una época aún cercana, pero estaba a punto de incorporarse a lo que más tarde sería la incombustible nostalgia de los ochenta.
Transcribo la charla de aquel día con la impresión de que es una cápsula del tiempo bastante inútil para los más jóvenes. Con una salvedad: también hay en ella apuntes de una trayectoria cinematográfica y musical que se resiste a pasar de moda.
Pero en fin… Estábamos en 1991 y mejor será que regresemos a él.
Desde que lanzó su álbum The Rumour y el disco de canciones infantiles Warm and Tender, no habíamos tenido noticias suyas en el campo de la música.
En los últimos cinco años, desde que nació mi hija Chloe, he preferido dedicarme a la vida familiar, cuidando de ella y olvidándome de los compromisos profesionales.
Mi marido Matt Lattanzi y yo compartimos todas las tareas de la casa, en especial los cuidados de la niña. Como los dos nos dedicamos al espectáculo, si uno de los dos tiene algún compromiso, el otro se ocupa de todo.
Lo cierto es que mi agente me ofrecía nuevas posibilidades, pero mi deseo siempre era el mismo: permanecer junto a la niña. Sin embargo, ahora ha llegado el momento de retomar mi carrera. Incluso tengo previsto grabar un nuevo disco.
Lo que nunca ha abandonado son sus actividades humanitarias…
Sí, también me mantiene ocupada ese compromiso con Naciones Unidas en cuestiones relacionadas con la naturaleza, como embajadora de buena voluntad en el programa medioambiental de la ONU.
¿Sigue teniendo animales en su casa de las colinas de Malibú?
En mi casa siempre he tenido animales: perros, gatos, caballos… Cuando era niña, me apasionaban. De hecho, una de mis ilusiones era convertirme en veterinaria.
¿Qué opina de la constante popularidad de Grease? Parece que ya se ha convertido en una cinta de culto.
Me parece fabuloso este revival de Grease, por supuesto que sí. Han pasado casi doce años desde que encarné a Sandy en la película, y sin embargo, sigue siendo una constante en mi vida.
¿A qué cree que se debe que la película siga siendo apreciada por el público?
Tiene que ver con la nostalgia. La década de los cincuenta, en la que se ambienta Grease, no ha perdido ni un ápice de popularidad. Y por otro lado, se ha incorporado una nueva generación de espectadores. Niños y jóvenes que no vieron la película en las salas, cuando se estrenó, y que ahora disfrutan de ella en vídeo o cuando la emiten por televisión.
Allan Carr, el productor de Grease, le dijo que no se preocupara por esa imagen cándida e ingenua de Sandy. En el mismo sentido, Rona, su hermana, la describió como una Doris Day de nuestro tiempo. ¿No le ha preocupado verse encasillada?
Desde que actué en Grease, he interpretado bastantes papeles diferentes. Aunque la película formará siempre parte de mi vida, no me siento limitada en ningún modo por haber interpretado el papel de Sandy.
¿Sigue manteniendo el contacto con John Travolta?
En Grease se estableció una química excelente entre ambos. John y yo somos muy buenos amigos. Es una persona encantadora y me encanta su forma de ser. Es un hombre muy natural y con mucho talento. Por cierto, se va a casar muy pronto con su novia, Kelly Preston.
¿Recuerda cómo fue su primer encuentro con él?
John y yo llegamos a la película de maneras muy diferentes. Él ya era una estrella, porque se había hecho enormemente popular con Fiebre del sábado noche. También había grabado un single, «Let Her In», que llegó al número uno. En realidad, Grease suponía para él la oportunidad de confirmar una fama de la que ya disfrutaba. En cambio, ésta fue mi primera gran película.
Fue John quien vino a verme a Malibú. Yo estaba muy nerviosa con la idea de actuar en este proyecto, y me ayudó mucho cuando me animó a realizar las pruebas de cámara. El resto ya lo conocéis. Somos amigos desde entonces.
En 1982 usted fundó una empresa de ropa y complementos deportivos, Koala Blue, que abrió delegaciones en todo el mundo. Tengo entendido que esta cadena de tiendas pasa por algunas dificultades.
Es cierto que he tenido algunos problemas con Koala Blue, pero ya sabes cómo le gusta dramatizar y exagerar las cosas a la prensa inglesa. No hay que prestar atención a los tabloides. Por desgracia, mucha gente se cree todo lo que publica ese tipo de publicaciones, que suelen distorsionar o falsear las noticias. Lo que sucede con la empresa es fácil de explicar. Ahora Estados Unidos está pasando por una recesión. La gente no tiene tanto dinero para comprar, el consumo ha bajado y eso ha hecho que tengan que cerrar algunas delegaciones de nuestra cadena. No obstante, las demás siguen abiertas y el negocio continúa.
¿Se siente una mujer de negocios?
No diría que soy exactamente una empresaria, en el sentido de alguien que se ocupa de la parte económica de Koala Blue. Fundamentalmente, me dedico a las labores creativas y a la promoción. En todo caso, sí que he aprendido mucho del mundo empresarial.
Tanto esta empresa como otras actividades suyas se vinculan al cuidado físico. ¿Qué hace usted para mantenerse joven?
Aparte de un buen maquillaje [risas], procuro cuidarme mucho. Llevo una dieta sana y hago bastante ejercicio. Nado, camino, paso tiempo en el gimnasio… En definitiva, procuro tener una vida saludable. El cuidado de nuestra salud física es fundamental, y en este sentido, una clave esencial es la dieta: elegir los alimentos adecuados y saber distribuirlos a lo largo del día.
¿Se imagina a su hija Chloe tomando el camino de la música o de la interpretación?
Si ella quiere y tiene talento, no me importaría que entrase en el mundo del espectáculo. Pero lo que quiero para ella es que estudie y tenga una buena educación. Es lo que mis padres hicieron por mí. Mi padre [director del King’s College en Cambridge y vicecanciller de la Universidad de Melbourne] siempre quiso que yo estudiase una carrera. Mi madre me dio una buena educación. Sin embargo, aunque no acabé en la universidad, yo sabía cantar y, con mucho esfuerzo, al final terminé dedicándome a esto.
Usted parecía destinada a los estudios universitarios, sobre todo si tenemos en cuenta sus antecedentes familiares. Poca gente sabe que es nieta del premio Nobel de Física Max Born.
Sí, mi madre me hablaba sobre ello: sobre las reuniones de mi abuelo con Einstein y otros científicos.
Desde que en 1983 rodó la comedia romántica Tal para cual junto a John Travolta no hemos vuelto a verla en la pantalla.
Precisamente rodé para la NBC una TV-movie, A Mom for Christmas, que se emitió en diciembre. También estoy revisando varios guiones, con la idea de retomar mi carrera en el cine.
Nació en Cambridge, es hija de un galés y de una alemana, y a los seis años emigró junto a su familia a Australia. ¿Con qué país se siente más identificada?
Sinceramente, me siento australiana, porque es en Australia donde crecí y donde me eduqué. Por otro lado, tengo pasaporte inglés y también paso mucho tiempo en Estados Unidos, que es otro país donde me siento como en casa. Cuando fui a América por vez primera, alquilé una casa en Trance, que está cerca de Malibú. California es un sitio donde he echado raíces. En realidad, mi vida es bastante internacional y así es como me siento yo.
¿Conocía España?
Sí, ya estuve antes en España, hace unos catorce años, o quizá menos. Me encanta venir aquí. Es un país maravilloso, y los españoles son muy amistosos. Madrid me parece una ciudad realmente bella.
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Imagen superior: El autor, junto a Olivia Newton-John, en la fecha en que tuvo lugar este diálogo.