La misteriosa protagonista de Nimue inspira naturalidad y cercanía, pero en realidad, podemos identificarla con una figura emblemática, frecuentemente retratada por el arte como un ser sobrenatural: la Dama del Lago.
Con un estilo que recoge ingredientes tan diversos como la pintura del XIX ‒con la Hermandad Prerrafaelita y los simbolistas en primer término‒ y el anime, Aldara Prado utiliza el pincel digital para crear un álbum lleno de sensibilidad y guionizado de manera muy inteligente.
Como sucede con otras dinastías artísticas, es inevitable pensar en el gran Miguelanxo Prado cuando uno lee esta obra de su hija. Y es que, pese a la originalidad del álbum, resulta interesante relacionar Nimue con algunas cualidades de Prado que también afloran aquí, como una herencia bien cultivada.
Una leyenda convertida en historia iniciática
Fascinada por la tradición artúrica, Aldara Prado rastreó la Materia de Bretaña en el pasado de Galicia. Aunque las leyendas del Rey Arturo pueden hallarse en la literatura caballeresca de buena parte de Europa ‒España incluida‒, la cultura popular gallega y la poesía galaico-portuguesa son un punto de partida idóneo para encontrarse con dicho legado.
Escritores como Álvaro Cunqueiro han probado en qué medida el llamado Ciclo Bretón tiene una raigambre gallega. Así, el autor de Merlín y familia (1955) evocaba en un poema de 1971 un cierto estado de ánimo que uno también puede identificar en el álbum de Prado: «Alguien dijo que había ciudades para soñar / al otro lado de las montañas. / No dijo si estaban suspendidas en el aire, sumergidas en las lagunas / o perdidas en el corazón del bosque».
Como indica su título, Nimue alude a un personaje primordial de las leyendas artúricas: la Dama del Lago. En un texto incluido en el volumen, Aldara Prado explica cómo ha reinterpretado dicha figura. «Con Nimue -nos dice- he querido retratar al icónico personaje de la Dama del Lago desde mi perspectiva femenina y contemporánea. Por tanto, es reflejo de mis sensibilidades personales». Un reflejo que, según explica la autora, necesariamente diferirá de las versiones del canon artúrico planteadas por los escritores que le han servido de inspiración: Chrétien de Troyes, Sir Thomas Malory y, en fecha mucho más reciente, John Steinbeck.
Los rostros de Nimue
El lector no familiarizado con los cambios que ha experimentado la Dama del Lago se sorprenderá con el hecho de que, si bien suele aparecer otorgando la espada Excálibur a Arturo, su relación con Merlín varía: a veces, figura en los relatos y leyendas como su aliada mística, y otras veces, como su carcelera.
Las conexiones del personaje con la hechicera Morgana también dan lugar a diversas interpretaciones. A partir de ese vínculo, Nimue puede ser protectora, vengativa o tan ambigua como otros seres mágicos.
Según nos dice Carlos Alvar en El Rey Arturo y su mundo (Alianza, 1991), podemos identificar a Nimue con Diana, la virgen cazadora, y en este sentido, «estaría justificada la traición a Merlín como un medio de proteger su virginidad». Por otro lado, su caracterización como la Dama del Lago introduce una dualidad en el personaje. Así, mientras que como Nimue «provoca la muerte de Merlín y es, por tanto, un ser maléfico, como Dama del Lago salva y protege a Lanzarote y, por tanto, es un personaje que se puede considerar benefactor».
Sabiduría, naturaleza y magia
Frente a los textos literarios de origen artúrico, Aldara Prado nos presenta a Nimue como una joven que vive la contradicción entre el mundo real ‒una familia golpeada por la pérdida en una época hostil‒ y el territorio mágico, en el que tiene reservado un destino relevante. A través de su aventura, Prado reivindica a las mujeres sabias, depositarias de un conocimiento ancestral, por oposición a un Merlín temible, cruel y arbitrario.
Como sucede en algunas películas de Miyazaki ‒ya les dije que el anime es otra influencia palpable en Nimue‒, la protagonista también personifica la conexión entre feminidad y naturaleza. Una conexión que la psicóloga y poeta estadounidense Clarissa Pinkola Estés abordó en su libro Mujeres que corren con los lobos: mitos e historias del arquetipo de la mujer salvaje (1992), útil para entender mejor películas como La princesa Mononoke (1997) o como este álbum tan recomendable.
En este sentido, la autora de Nimue muestra una profunda comprensión de esa ficción compleja que heredamos de la Edad Media y que, gracias a este cómic, apela a un punto de vista revelador y contemporáneo.
Sinopsis
Un precioso relato iniciático inspirado en la Dama del Lago. Criada por humanos pero instruida en las artes de la magia por la sacerdotisa Morgana y por el mago Merlín, la joven Nimue camina entre dos mundos tratando de distinguir a sus verdaderos amigos de quienes solo quieren enredarla en juegos de engaño y poder.
El resultado es una historia de crecimiento personal que reescribe completamente el mito artúrico de la Dama del Lago.
Artista inquieta, cultivada y personal, Aldara Prado firma un brillante debut con esta revisión en clave contemporánea de un oscuro e intrigante personaje del ciclo artúrico.
Tras finalizar sus estudios de Bellas Artes en Valencia, trabajó como ilustradora infantil para Penguin Random House y desarrolló su primer cómic de autoría completa para Casterman (Éditions Gallimard). También realizó ilustraciones para la Diputación de A Coruña y la AAAG (Asociación de Actores e Actrices de Galicia). En la actualidad se dedica a la ilustración, el cómic y el tatuaje. Entre sus obras destacan Jesus Vive na Rua (2015), El increíble viaje de los besos voladores (2018) o Demos de area (2018), así como Nimue, publicada en España por Norma Editorial.
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