Cualia.es

La saga de Fafhrd y el Ratonero Gris

Bienvenidos a Lankhmar, un laberinto con forma de ciudad, o lo que es peor, un nido de corrupción y decadencia, donde el crimen suele imponerse a la esperanza, habitado por aventureros que nunca tiemblan al blandir su espada y salpicar de sangre las antiguas calles.

Al parecer, el creador de esta urbe imaginaria, Fritz Leiber, se inspiró en la Sevilla descrita por Cervantes en Rinconete y Cortadillo. Me parece algo muy probable, dado que la saga que allí se ambienta, y que constituye el ciclo de aventuras de Fafhrd y el Ratonero Gris, se caracteriza por un tono picaresco que no es desconocido para el lector hispanohablante.

La génesis de esta serie novelesca y de sus protagonistas viene de antiguo. Al principio, ambos personajes fueron un empeño privado de Leiber y su amigo Harry Otto Fischer, que pretendían convertirlos en la base de un juego de mesa. Este último los describe en una carta que le envió en 1934 a Leiber, quien los incluyó en un relato largo ‒en los límites de una novela breve‒ dos años después. De ahí en adelante, sus andanzas se prolongaron en el tiempo, configurando uno de los universos más atractivos y longevos dentro del subgénero de la espada y brujería.

Fafhrd y el Ratonero Gris tardaron en llegar a nuestro país. En mi caso, los descubrí en el volumen Héroes bárbaros (Bruguera, 1977), una antología editada por Hans S. Santesson en la que se incluía el relato de Leiber «Cuando el rey del mar está fuera» (1960). Casi una década después, Martínez Roca emprendía una edición más sistemática del ciclo de Lankhmar; una edición que, pese a su encanto, palidece ante ese fabuloso ómnibus publicado por Gigamesh, que abarca los cuatro primeros títulos de la saga, Espadas en la niebla (1968), Espadas contra la magia (1968), Espadas y nigromantes (1970) y Espadas contra la muerte (1970).

Cuando uno piensa en Fafhrd y el Ratonero Gris, al margen de los esteroides y del pulp que caracterizan a la espada y brujería, salen a relucir novedades importantes. Para empezar, se trata de personajes profundamente humanos, diría que incluso entrañables. Las tramas en las que se mueven, aun dentro de esa épica medievalizante que es propia del género, adquieren un aire realista y cercano, con el que casi cualquier lector puede identificarse.

Con todo, lo más notable es que Leiber es un magnífico escritor, y en sus manos, cada aventura adquiere el ritmo y la precisión narrativa que todos esperamos.

El bárbaro y el ladrón, tan distintos como la noche y el día, forman una de esas parejas que ya han pasado a la leyenda de la literatura popular. De ahí que todo admirador de Clark Ashton Smith y de Robert E. Howard ‒padres del género que nos ocupa‒ deba acercarse también a esta espléndida creación de Leiber, repleta de peripecias inolvidables y extraordinariamente entretenida.

Sinopsis

Quiso la fatalidad que Fafhrd, un corpulento bárbaro norteño, y el habilidoso Ratonero Gris (que aún no era el Ratonero, sino un mero Ratón) coincidieran en las calles de la decadente y seductora Lankhmar. Sellaron su amistad en las tabernas, y la búsqueda de nuevos horizontes los hermanó en peripecias sin cuento. Se toparon con los adversarios más temibles, las muchachas más deliciosas y los hechiceros más diabólicos, así como con bestias sobrenaturales y auténticos demonios. Juntos recorrieron las tierras maravillosas de Nehwon y cometieron mil fechorías a ambos lados de los muros de Lankhmar, pero nunca, nunca, nunca trabajaron como mercenarios.

El ciclo de aventuras de Fafhrd y el Ratonero Gris es la gran obra de madurez de la fantasía heroica. Fritz Leiber abandonó el modelo descarnado establecido con el Conan de Howard, condujo el género al terreno de la picaresca y lo elevó a cotas de ironía que no han sido igualadas desde entonces. Adaptado a juegos de rol y tablero por TSR y al cómic por Howard Chaykin y Mike Mignola, es uno de los ciclos más sólidos e influyentes que ha dado la fantasía moderna.

Fritz Reuter Leiber nació en 1910 en Chicago (Illinois, EE. UU.). Hijo de actores shakespearianos, se licenció en filosofía en 1932 y alternó el escenario con la enseñanza de artes dramáticas y la escritura. Se casó en 1936, y en 1953 se trasladó a California para dedicarse profesionalmente a su producción poética y literaria. Sufrió diversos episodios de alcoholismo a lo largo de su vida, agudizados tras la muerte de su esposa en 1969. Se casó en segundas nupcias en 1992 y murió más tarde el mismo año tras sufrir un colapso.

Su primer relato, “Two Sought Adventure”, se publicó en 1939 en la revista Unknown, y supuso también la presentación de Fafhrd y el Ratonero Gris, los personajes más populares que surgieron de su pluma. Influido por H. P. Lovecraft y Robert Graves, alternó la fantasía con el terror y la ciencia ficción indiscriminadamente, y logró consagrarse en los tres ámbitos. Acuñó el término sword & sorcery (espada y brujería) y se lo considera uno de los grandes precursores del terror moderno. Su novela Esposa hechicera ha sido llevada al cine en tres ocasiones.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Gigamesh. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.