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La muerte del conde de Villamediana

“Ya cerrada la noche llega don Luis, desasosegado, a su casa de la calle del Niño. La casa pertenece desde hace poco tiempo a su mayor enemigo: don Francisco de Quevedo, de quien el sacerdote cordobés es inquilino, para su desgracia.

Todavía vivirá tres años en esta casa hasta que su casero le desahucie. Esta noche, la del 21 de agosto de 1622, la vivirá en la casa en una nerviosa vigilia. Hace unas horas tan sólo, a prima noche, en la calle Mayor, han matado a uno de sus mejores amigos. Se trata de don Juan de Tasis, conde de Villamediana. Don Luis da vueltas y revueltas al terrible lance: el conde salía de Palacio en su coche con don Luis de Haro, hijo mayor del marqués de Carpio, y en la calle Mayor salió de los portales que están en la acera de San Ginés un hombre que se arrimó al lado izquierdo, que llevaba el conde, y con arma terrible, según la herida, le pasó del costado izquierdo hasta el molledo del brazo derecho, dejándole tal boquete que aún en un toro diera horror. El conde, al punto, sin abrir el estribo, se echó por encima de él y puso mano a la espada, mas viendo que no podía gobernarla, dijo: ‘Esto es hecho; confesión, señores’. Y cayó herido de muerte.”

Una calurosa noche de un 21 de agosto de hace casi cuatrocientos años era asesinado públicamente, en Madrid, una de las más destacadas figuras de la corte de Felipe IV: el poeta Juan de Tasis, conde de Villamediana. Contaba cuarenta años y era tan famoso por sus andanzas como por sus poemas satíricos. Y, sobre todo, por habérsele atribuido alardear de amores con la reina Isabel.

A este supuesto alarde, como a la mordacidad de sus versos y a las envidias que suscitaba su poderosa personalidad, se pudo achacar el asesinato que, cuatro siglos después, sigue siendo un enigma de la historia de España.

Hace tres décadas que Néstor Luján escribió esta historia [Decidnos, ¿quién mató al conde?, 1987)]. Yo acababa de empezar Farmacia aunque el veneno de la Historia llevaba años corriendo por mis venas. Libros como éste no hicieron más que afianzar mi deseo por ser, algún día, la contadora de historias que siempre soñé ser.

Imagen superior: «La muerte del conde de Villamediana» (1868), de Manuel Castellano.

Copyright del artículo © Mar Rey Bueno. Reservados todos los derechos.

Mar Rey Bueno

Mar Rey Bueno es doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Realizó su tesis doctoral sobre terapéutica en la corte de los Austrias, trabajo que mereció el Premio Extraordinario de Doctorado.
Especializada en aspectos alquímicos, supersticiosos y terapéuticos en la España de la Edad Moderna, es autora de numerosos artículos, editados en publicaciones españolas e internacionales. Entre sus libros, figuran "El Hechizado. Medicina , alquimia y superstición en la corte de Carlos II" (1998), "Los amantes del arte sagrado" (2000), "Los señores del fuego. Destiladores y espagíricos en la corte de los Austrias" (2002), "Alquimia, el gran secreto" (2002), "Las plantas mágicas" (2002), "Magos y Reyes" (2004), "Quijote mágico. Los mundos encantados de un caballero hechizado" (2005), "Los libros malditos" (2005), "Inferno. Historia de una biblioteca maldita" (2007), "Historia de las hierbas mágicas y medicinales" (2008) y "Evas alquímicas" (2017).