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Crítica: ‘La maldición del Queen Mary’ (2023): fantasmas en alta mar

Con una trama sangrienta que discurre en dos líneas temporales, juega con los elementos sobrenaturales típicos de un barco embrujado, pero su prometedora premisa no llega a buen puerto

Si mezclas en una picadora El resplandor, Titanic, y el capítulo 8 de Twin Peaks, obtienes La maldición del Queen Mary, pero sin sal, sin pimienta, sin guion y con menos alma que el coronel Hans Landa.

Dirigida (lo de ‘dirigida’ es un decir) por Gary Shore, la película intenta contarnos un macabro acontecimiento acaecido a bordo del lujoso transatlántico Queen Mary, durante una travesía en 1938, lo que genera con el correr de los años una funesta leyenda de maldición y muerte que parece perpetuarse en el presente.

En los minutos iniciales, entre los títulos de crédito, la historia nos desvela todas sus bazas de horror y sangre, como un niño impaciente que empieza el chiste por el final, incurriendo en un spoiler comparable al de aquella portada del Teleprograma adelantándonos la muerte de Chanquete.

Intentas hacer como que no has visto nada, y te lanzas por este tobogán fílmico a sabiendas del inevitable desollamiento de rodillas que te aguarda en la caída final. La historia salta de lo acaecido en el pasado, durante una fiesta de Halloween en el salón de primera, a un presente gris donde una familia se dispone a visitar el barco anclado en puerto como atracción turística.

Cada cierto tiempo, cuando lleva un largo rato sin lograr contar nada reseñable ni hacer avanzar la trama, la película brinca del pasado al presente y viceversa, como esos días en que se va y vuelve la luz por una avería en la red general. Aunque aquí la desconexión de luces, más que alterna, diríase que es continua, y el apagón narrativo es total.

Un misterio sin rumbo

Desafortunadamente, nada de lo que se pretende contar interesa, la suerte de los personajes no importa, y el espectador se torna indiferente al desfile de anodinas sombras que chorrean por la pantalla como gotas de grasa en la pared de la cocina.

La película se limita a arrojar personajes, misterios, tramas y subtramas, como si nadie hubiese desbrozado un primer y caótico borrador escrito por tres guionistas que no se hablan entre sí. Por ello pongo arriba en duda el término que apela a la “dirección” del filme, pues da la impresión en todo momento de que avanza sin rumbo como un barco sin timonel.

No diré que la cinta no disponga de ciertos elementos sueltos con los que se hubiese podido remendar algún tipo de Frankenstein cinematográfico. Pero resulta todo tan azaroso y banal, tan sin estructura ni forma, que el experimento da la impresión de haber nacido muerto, por más que el inventor trate de animarlo con ineficaces descargas eléctricas y técnicas de ventriloquía indisimulada.

Lenny Rush, Alice Eve (a quien quizá recuerden por Star Trek: En la oscuridad), Joel Fry (Yesterday, Cruella), Nell Hudson, Will Coban y Florrie May Wilkinson son algunos de los actores y actrices protagonistas que integran el elenco; aunque he dudado en citarles no muy seguro de que en verdad quisieran ver sus nombres vinculados a esta producción.

La maldición del Queen Mary es una película de terror con poco y muy previsible terror, y sin tan siquiera sustos. La única incomodidad en el espectador la causa el ver un rosario de actores bailando, matando, muriendo, y recorriendo oscuros pasillos y salas de máquinas sin propósito ni sentido alguno.

Pero no tienen por qué creer mi amarga y subjetiva visión, vayan al cine y compruébenlo por ustedes mismos.

Abandonar la sala al final y descubrir que nuestros problemas cotidianos no son ni la mitad de terribles que la factura artística de esta película, proporciona un motivo de placer por el que sí me atrevo a recomendarla. Quizá el único motivo.

Sinopsis

La Maldición del Queen Mary está basada en la historia real de un barco de los años 30 ubicado en California, conocido por ser uno de los lugares más encantados de EEUU Tras convertirse en hotel, múltiples huéspedes dicen haber presenciado fenómenos paranormales.

Erin y Patrick, junto a su hijo Lukas, se embarcan en el conocido transatlántico embrujado Queen Mary, donde una serie de sucesos terroríficos entrelazarán la historia de la familia con el oscuro pasado del barco.

Una historia siniestra llena de fantasmas, muertes, posesiones y sobre todo sangre…mucha sangre. La tensión te mantendrá pegado a la butaca. Si te gusta el gore, las historias reales y lo paranormal, esta película es para ti.

Copyright del artículo © Fernando Mircala. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Diamond Films. Reservados todos los derechos.

Fernando Mircala

Artista, escritor, traductor y fotógrafo. Premio Lazarillo en el año 2000. Entre otros libros, es autor de 'Ciudad Monstrualia' (2001), 'El acertijo de Varpul' (2002), 'Eclipse en Malasaña. Una zarzuela negra' (2010), 'Lóbrego romance, pálido fantasma' (2010), 'Compostela iconográfica' (2012), 'Pentagonía' (2012), 'En un lugar de Malvadia' (2016; ilustrado por Perrilla), 'Pánico en el Bosque de los Corazones Marchitos' (2019), 'Versos para musas y cuatro cuentos de Edgar Allan Poe' (2019) y 'Concéntrico' (2022).