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«El hombre subterráneo» (1905), de Jean-Gabriel De Tarde

El mismo año en el que muere Julio Verne, este libro (originalmente titulado Fragment d’histoire future) predice un apocalipsis del que la humanidad consigue salir renovada tras haber sobrevivido al agotamiento de los recursos del sistema solar, retirándose bajo la corteza terrestre y formando una especie de Utopía de resultado incierto.

Jean-Gabriel De Tarde (1843-1904) fue un importante sociólogo, criminólogo y psicólogo social cuyos trabajos académicos tuvieron una influencia considerable en el campo del comportamiento de las masas y la psicología económica. En realidad, fue su labor en este campo por la que es recordado. La ciencia ficción no fue más que una breve desviación de sus cavilaciones intelectuales, pero aún así, el libro ha conseguido pervivir en la memoria de los arqueólogos de la ciencia-ficción como una de las novelas pioneras de la literatura apocalíptica. Aunque publicado en una revista especializada de sociología en 1896, su versión en libro traducido al inglés no aparecería hasta 1905.

En el año 2489, la República de Platón se ha convertido en realidad: una cultura neo–helénica de ámbito mundial en la que domina la sofisticación y la creatividad. Se practica una especie de eugenesia social en virtud de la cual aquellos individuos débiles o retrasados son enviados a luchar en las guerras. Como resultado, las habilidades relacionadas con la supervivencia y la intuición han ido desapareciendo del legado genético y cuando los astrónomos averiguan que el Sol se está apagando, los habitantes de esta utopía/distopia rápidamente pierden la voluntad de luchar por su continuidad.

Las temperaturas descienden drásticamente, el mundo queda cubierto por una capa de hielo y nieve. La población mundial muere a millones. Los supervivientes de Europa se retiran hacia el Sáhara y el Próximo Oriente, donde lo único que sus sabios consiguen hacer es diseñar un enorme bunker calentado artificialmente y situado sobre un rico yacimiento carbonífero. Lo que antaño fue una gran civilización se convierte en un puñado de temblorosos y atemorizados seres incapaces de reaccionar. Por suerte para ellos, Miltiades, un individuo que en su antigua sociedad habría sido un elemento disidente y peligroso, se convierte en su salvador. Convence a los demás para excavar un túnel que los lleve a las profundidades terrestres, donde el calor que irradia del núcleo los salvará.

Una vez que esos últimos hombres se han establecido en el subsuelo, van dando forma a una nueva civilización. Cada primavera, aquellos pocos individuos que desean contactar con “la naturaleza”, viajan a la superficie para no volver nunca más; pero la mayoría de la población prefiere acercarse al mundo natural a través de representaciones científicas y artísticas. Se descubren grabaciones de la vida natural que mora en la superficie, pero, en una clara referencia al mito de la caverna de Platón, los nuevos hombres subterráneos deciden que las versiones artificiales de esos seres son superiores. Así, no extraña que cuando un lunático informa de que ha estado en la superficie y que un revivido Sol ha fundido el hielo, sus idealistas compatriotas se nieguen a creerle…

Una interesante propuesta desarrollada con inteligencia y que es utilizada por Tarde para reírse de las ideas habitual y generalmente asumidas por la sociedad.

Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.

Manuel Rodríguez Yagüe

Como divulgador, Manuel Rodríguez Yagüe ha seguido una amplia trayectoria en distintas publicaciones digitales, relacionadas con temas tan diversos como los viajes ("De viajes, tesoros y aventuras"), el cómic ("Un universo de viñetas"), la ciencia-ficción ("Un universo de ciencia ficción") y las ciencias y humanidades ("Saber si ocupa lugar"). Colabora en el podcast "Los Retronautas".