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«El familiar», de Joseph Sheridan Le Fanu

Lo más peculiar en las obras de Le Fanu deriva de nuestra reacción ante su reflejo de lo inconcebible. Con la incertidumbre de ignorar si sus horrores son o no sobrenaturales, nos adentramos en ellos aceptando esa fatalidad que siempre implica el género gótico.

Artesano en el sentido más noble que podamos dar a esa palabra, Le Fanu se caracterizó por perfeccionar recursos de los que hizo uso en más de una ocasión. Así, algunas de sus novelas son versiones ampliadas de cuentos breves, y en casos como el que hoy nos ocupa, ciertos relatos perfeccionan tramas que ya le sirvieron en obras anteriores (y que, a su vez, fueron emuladas por admiradores como M.R. James).

En 1872, un año antes de abandonar este mundo, Sheridan Le Fanu reunió cinco de sus historias más conocidas en el volumen titulado In a Glass Darkly, impreso por la firma Richard Bentley & Son. Las cinco tienen un punto en común, y es la presencia del detective ocultista Dr. Martin Hesselius.

Entre esos relatos, figuran «El familiar» («The Familiar») y «Té verde» («Green Tea»), que ahora publica Espuela de Plata en la versión española de Antonio López Crespo.

Como bien saben sus admiradores, las elegantes pesadillas de este escritor suelen incluir detalles arcanos y elementos espiritistas, pero sin perder un punto de racionalismo, con el propósito de que la ambigüedad sea la sensación predominante.

En «Té verde», un clérigo llamado Jennings le explica a Hesselius que un demonio va en su busca: una entidad maligna, encarnada en un pequeño mono negro. En «El familiar» –que en realidad es una versión revisada de otro cuento anterior, «El vigilante» («The Watcher», 1851)–, otra criatura fantasmal, en este caso un viejo búho, ejerce el papel de emisario de las tinieblas.

Hay un aire de familia entre los escritos de Le Fanu y los de otros maestros del misterio espectral, como Blackwood o Wilkie Collins. Leyendo este espléndido volumen, uno comprende hasta qué punto el influjo del escritor irlandés se ha extendido a medios como el cine. En este sentido, el lector cinéfilo puede relacionar con facilidad las pesadillas de Le Fanu con aquellos terrores en blanco y negro que ideó en los años cuarenta el productor Val Lewton para la RKO.

Melancólicos, sutiles y turbadores, «El familiar» y «Té verde» son dos excelentes ejemplos de suspense victoriano, donde lo siniestro se refleja en ellos con una prosa impecable, que nunca defrauda.

Créanme, nos encontramos ante dos obras de culto para los aficionados al género.

Sinopsis

El irlandés Joseph Sheridan Le Fanu (Dublín, 1814-1873) es uno de los primeros y también de los más grandes maestros del terror sobrenatural, asunto al que en sus distintas variantes (con una muy especial predilección por las historias de fantasmas) dedicó numerosas novelas y relatos. Escritores de renombre y gran solvencia en asuntos terroríficos como Bram StokerHenry James o M.R. James, entre otros, reconocieron públicamente su magisterio. Durante el último medio siglo, tanto en España como en Hispanoamé­rica, han ido siendo reeditados sus cuentos y novelas, y no hay antología del género terrorífico que no le incluya en lugar destacado. El familiar y Té verde son dos de sus narraciones más reconocidas y características.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Ediciones Espuela de Plata. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.