En 1920, tras algunos de sus mayores éxitos, Franz Lehár decidió aceptar un libreto de Leo Stein y Béla Jenbach. El asunto era polaco y, al mismo tiempo, Lehár estaba componiendo La levita amarilla, de tema chinesco, que no obtuvo especial repercusión y que, años más tarde, como El país de las sonrisas (1929), Richard Tauber llevaría al triunfo.
Había terminado la terrible Gran Guerra y, a pesar de su inconmovible humor y su querencia sentimental, el músico estaba pensando en renovar su vestuario. Así es que se dedicó a componer una obra donde, sin perjuicio de su infatigable vena melódica, hubiera cierta experimentación dramática, coloreada aquí y allá por toques de folclorismo más o menos polonés.
Para el estreno contó con uno de los más cotizados tenores de opereta, Hubert Marishka, el cual, además de su vocalidad, tenía dotes de bailarín acrobático a tal punto que fue tenido en cuenta por el entonces jovencísimo Fred Astaire. La obra, traducible como La mazurca azul, en efecto, tiene momentos de tensión dramática inesperados en Lehár, aparte de actualizar sus referencias con bailes americanos como el two-steps.
La azul mazurca se bailó en Viena, enseguida en Berlín y, a partir de 1921, en Turín, Buenos Aires y París. No obstante sus pimpantes aciertos y su trama entre sentimental y cómica, la caudalosa producción lehariana y la dominante popularidad de sus trío principal –La viuda alegre (1905), El país de las sonrisas (1929), El conde de Luzemburgo (1909)‒ echaron sombras sobre su posteridad.
Disco recomendado
Lehár, Die Blaue Mazur. CPO-7773312 (2 de marzo de 2009). Reparto: Johanna Stojkovic, Julia Bauer, Johan Weigel, Jan Kobow, Hans Christoph Begemann. Singakademie Frankfurt. Brandenburgisches Staatsorchester Frankfurt. Director: Frank Beermann.
Esta recuperación se ha hecho con todas las garantías: voces solventes, estilo y carácter asegurados, excelente conducción de conjunto. De toda esta convergencia cabe destacar el brío sonoro y la fuerza de actuación que enmarcan a la soprano Johanna Stojkovich en el relevante papel de Blanka von Lossin.
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