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Crítica: «Guía del autoestopista galáctico» (Garth Jennings, 2005)

Antes de nada, me flagelo por no haber leído la obra original de Douglas Adams, importantísima para una legión incontable de adoradores repartidos por todo el mundo. No puedo juzgar si esta es una excelente adaptación o una nueva banalización hollywoodiense (y según leo por ahí, hay opiniones enfrentadas entre los mismos fans), pero puedo asegurar que el film ha despertado en mí ansias de leer los textos originales de Adams.

Para el profano, Guía del autoestopista galáctico resulta una extraña comedia en la onda los primeros films de Terry Gilliam, con su poco de El quinto elementoFuturama o Galaxy Quest (curiosamente repiten en la ciencia-ficción satírica dos actores de aquella, Sam Rockwell y Alan Rickman).

El film posee uno de los mejores arranques vistos en mucho tiempo, que incluye entre otras cosas, un extraordinario número musical protagonizado por delfines cuya canción debería sonar en la próxima ceremonia de los Oscar, y esa es solo la primera de muchas locuras geniales.

La fuerza de la película, más que en su desquiciada puesta en escena (a destacar los fragmentos del libro animados «a lo Flash», el superordenador cabezón o la fábrica de planetas), reside en los geniales diálogos y un reparto excelente. Pese a que a más de uno le haya molestado la incorporación de actores norteamericanos en lo que debería ser un elenco puramente británico, yo no aprecio el error.

Martin Freeman es el perfecto pringao superado por las fuerzas cósmicas, Stephen Fry da una montypythoniana voz a La Guía, Rockwell parece pasárselo pipa yendo más acelerado que la velocidad de la luz , los ojos de Zooey Deschanel justifican la obsesión del protagonista y John Malkovich…bueno, no se sabe muy bien lo que hace Malkovich, pero lo hace bien. Básicamente, todos están en su lugar, aunque se hubiera agradecido un mayor provecho del robot depresivo (¡interpretado al alimón por Warwick Davis y Alan Rickman!).

Según se nos cuenta, antes de Guía del autoestopista galáctico, la idea de mezclar buena ciencia-ficción y buena comedia era impensable, no como ahora que ya es un subgénero más. Pero tanto los lectores compulsivos de Muy Interesante como los que se saben de memoria cada episodio de la serie Enano Rojo se echarán unas risas con la muy fresca y británica ironía de lo que es, más que una parodia de las aventuras galácticas, un comentario socarrón sobre la Humanidad, el cosmos y el sentido de la vida.

En la parte negativa, hay que señalar que tras el potente planteamiento de la historia, el ritmo de la película se vuelve algo caprichoso, perdiendo fuelle a medida que avanza (pese a que las ocurrencias magistrales se van sucediendo durante todo el metraje), aunque tras haber sobrevivido a Willy Wonka y a la mayoría de los films de Tim Burton, la arritmia de Guía del autoestopista galáctico apenas molesta.

En cuanto a logros técnicos, resulta un placer comprobar que, pese al progresivo perfeccionamiento de las criaturas digitales, los animatrónicos de la factoría Henson aún resultan de lo más expresivo y palpable, sin resultar incompatibles con las naves y entornos infográficos. Hay lugar para todo, pese a las opiniones reaccionarias que aún se oyen.

Y ahora que ya he soltado el rollo, voy a comprarme el libro…

Sinopsis

Es un mal día para Arthur Dent (Martin Freeman). Su casa es demolida a causa de la construcción de una autovía, y la Tierra es destruida para facilitar las obras de una carretera de circunvalación espacial. En el último momento antes de la desintegración del planeta, Arthur es salvado por su mejor amigo Ford Prefect (Mos Def), quien resulta ser un alienígena.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).