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Crítica: «Gravity» (Alfonso Cuarón, 2013)

La angustia, el vértigo, la adrenalina y las ganas de vivir convertidos en arte. Gravity no solo un prodigio técnico, es también una de esas raras ocasiones en las que el espectador, atornillado a la butaca, se identifica de tal modo con los protagonistas que vibra y se emociona como si la supervivencia le fuera en ello.

Todo comienza en el espacio, con un largo y maravilloso plano secuencia. Un equipo de astronautas realiza ajustes en el exterior del trasbordador Explorer. La doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) cumple eficazmente con su labor, a pesar de que no termina de sobreponerse al miedo y a la claustrofobia. En contraste, el astronauta Matt Kowalski (George Clooney), como si hubiera nacido para ello, intenta batir el record de paseo espacial. Su sentido del humor es contagioso: cuenta una anécdota tras otra mientras se desplaza en el vacío con la ligereza de un acróbata.

De pronto, el control de Houston (Ed Harris) interrumpe la misión con un aviso escalofriante: restos de un satélite, orbitando a toda velocidad, se dirigen hacia el Explorer con la velocidad de una ráfaga de metralla. El accidente es todo lo letal y aparatoso que uno pueda imaginar. Stone y Kowalski quedan flotando en la inmensidad del espacio, rodeados por los restos del trasbordador, como náufragos en medio del océano.

De ahí en adelante, las cosas no mejoran, a tal punto que uno acaba recordando aquel lema publicitario con el que se lanzó Alien, el octavo pasajero: «En el espacio nadie puede oír tus gritos».

Gravity está rodada magistralmente. Alfonso Cuarón maneja el 3D con una eficacia y una carga emocional admirables. Tanto es así, que casi deberíamos hablar de una experiencia de inmersión: el espectador no solo asiste a una aventura espacial, sino que, por momentos, cree flotar a 600 kilómetros de altitud con una mínima dosis de oxígeno para continuar respirando.

Sandra Bullock y George Clooney cumplen con su cometido de forma excepcional, y en ello se advierte que el director no sólo se ha interesado por las pinceladas técnicas, sino que ha procurado llevar al límite las actuaciones de ambas estrellas.

Nos hallamos ante una genuina obra maestra.

Sinopsis

Los ganadores del Premio de la Academia® Sandra Bullock («The Blind Side (Un sueño posible)”, «La proposición») y George Clooney («Up in the Air», «Syriana») protagonizan «Gravity», un thriller trepidante que te atrae hacia el infinito e implacable ámbito del espacio profundo. La película ha sido dirigida por el nominado al Oscar® Alfonso Cuarón («Hijos de los hombres»).

Bullock interpreta a la doctora Ryan Stone, una brillante ingeniera especializada en medicina en su primera misión en un transbordador, con el veterano astronauta Matt Kowalski (Clooney), al mando de su último vuelo antes de retirarse. Pero en un paseo espacial aparentemente de rutina se desencadena el desastre. El transbordador queda destruido, dejando a Stone y Kowalski completamente solos, unidos el uno al otro y dando vueltas en la oscuridad.

El terrible silencio les indica que han perdido cualquier vínculo con la Tierra… y cualquier posibilidad de rescate. A medida que el miedo se va convirtiendo en pánico, cada bocanada de aire consume el poco oxígeno que queda.

Pero el único camino a casa solo puede encontrarse adentrándose más y más en la aterradora extensión del espacio.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © © 2013 Reality Media y Warner Bros. Pictures. Cortesía de Warner Bros. Pictures International España. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.