¡Klaus Maria Brandauer! Actor de culto en el cine europeo y llamativo rostro «extranjero» en el Hollywood de los 80 (su viscoso beso con Kim Basinger en Nunca digas nunca jamás marcó a una generación), ya forma parte de nuestra memoria cinéfila y sentimental, aunque le tengamos un poco aparcado en nuestros recuerdos.
El médico de Budapest nos lo devuelve, a una edad más avanzada (evidentemente), pero en plena forma, con un papel hecho a su medida y que él exprime a conciencia, pese que en la versión original del film le veamos claramente doblado.
La no correspondencia entre los movimientos de su boca y lo que se escucha causa nerviosismo durante el primer tramo de la película, pero se acaba superando por la gran presencia de Brandauer, quien repite con el director István Szabó, responsable de Mephisto (1981), título que le convirtió en estrella internacional.
Más tranquila y menos pintoresca que aquella obra, El médico de Budapest denuncia algo que, al parecer, sucede en Hungría: el deterioro de la sanidad a causa de los tejemanejes de los políticos y los intereses comerciales. Preocupante, aunque al menos nos queda el consuelo de saber que eso sucede lejos y no donde vivimos nosotros.
Tras este pobre intento de sarcasmo, queda añadir que El médico de Budapest pertenece a un subgénero tan propicio para el drama como la comedia. Me refiero al de «nuevo médico del pueblo». Valga la serie Doctor en Alaska como brillante ejemplo de tantas y tantas obras de ficción con esa premisa.
En este tipo de películas o series, lo normal es que a un estirado médico de ciudad se le acaben bajando los humos y aprecie a los pintorescos pacientes que pasan por su consulta. Como novedad, en El médico de Budapest, el doctor titular regresa a su ciudad natal para descubrir que la mayoría de la gente apesta y que, mediante la manipulación populista necesaria, son capaces de obedecer ciegamente al más inútil e injusto de los líderes (en esta ocasión, un alcalde especialmente repulsivo interpretado por András Stohl).
Película de buen contenido y propósitos algo lastrados por la escasa sutileza de sus diálogos y la tendencia a la simplificación (personajes como el del mencionado alcalde o la madre del protagonista), lo que realmente cuenta aquí es reencontrarse con una cara conocida y poderosa como es la de Brandauer, quien se entrega al papel con una envidiable energía. Un ejemplo de madurez briosa.
Sinopsis
El médico de Budapest está protagonizada por Klaus Maria Brandauer, ganador de un Globo de Oro en 1986 al Mejor Actor de Reparto por Memorias de África y que también le valió una nominación al Oscar en la misma categoría. Brandauer es uno de los actores favoritos de Szabó, con quien ya trabajó en Mephisto, Colonel Redl y en Hanussen (El adivino)». Completan el reparto Karoly Eperjes, Éva Kerekes, András Stohl, Dorottya Udvaros y Mari Csomós, entre otros.
Un reconocido cardiólogo deja su trabajo en Budapest y vuelve a su pueblo natal a orillas del Danubio para ejercer de médico de familia igual que hiciera su padre años atrás. Allí, tras reencontrarse con viejos amigos y conocidos, empieza a ganarse el respeto de la comunidad hasta que sale a la luz un secreto de su pasado.
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