El “gran año” del título es 1957, fecha que se convierte en pilar de este documental que, pese a la premisa, da un buen repaso a la obra y especialmente a la vida del legendario artista sueco.
Bergman tuvo en 1957 su año más prolífico: una serie de televisión, cuatro grandes producciones teatrales y dos largometrajes: Fresas salvajes y la que quizá sea su película más conocida, El séptimo sello.
El film de Jane Magnusson vuelve a ese año y a esas obras en momentos determinados del metraje. No obstante, se mueve de manera caprichosa por la biografía del cineasta, desde su infancia a su muerte, echando mano para ello de abundante y jugoso material, entre el que destaca una reveladora entrevista a su hermano Dag, un momento televisivo que jamás fue emitido por presiones del todopoderoso Ingmar.
Quizá a propósito, quizá por accidente, este documental se va haciendo cada vez más interesante cuando se va alejando de la loa a Bergman (quien, guste o no, es una pieza fundamental en la historia del cine) y se transforma en un muestrario de la mezquindad del director de Fanny y Alexander.
La directora del documental, especialista en Bergman y realizadora de otros documentales sobre su figura, defiende la teoría de que la única manera de conocer la verdadera personalidad y biografía del cineasta es analizando sus películas. Un punto de partida interesante, pero que se va “yendo de las manos” a medida que van hablando personas cercanas a Bergman, y que no cuentan precisamente maravillas sobre él.
Salvo un educado Elliot Gould, una devota Liv Ullmann y una Barbra Streisand que no sabemos muy bien por qué aparece tanto aquí, nadie habla bien sobre un personaje violento, sociópata y malcriado. Un hombre que consiguió dos cosas prodigiosas: una obra artística fundamental y que nadie le cruzara la cara en un rodaje.
La vida personal de los grandes artistas, en realidad, no es de nuestra incumbencia y podemos disfrutar de sus logros sin tener en cuenta su bajeza humana. Al final de esta película, se intenta convencer al espectador de eso, aunque de una manera abrupta y casi apurada. Es como si sus responsables se dieran cuenta de que han puesto demasiado a caer de un burro a Bergman y a los que apoyaron sus abusos de poder. Se trata de unas breves declaraciones de distintas personalidades del cine, incluyendo a John Landis y Lars von Trier, directores no caracterizados por ser personas de trato fácil.
Aunque lo más llamativo del film son las morbosas anécdotas sobre la cochambre psicológica de Bergman, lo cierto es que se aportan datos de interés para el análisis de su obra y su impacto en la sociedad del momento. Y es que Bergman, aunque hoy lo tengamos por un director exclusivo para las élites cinéfilas, llegó a ser una auténtica estrella pop, un hombre que vendía sus películas por todo el mundo, logrando que fueran recibidas con entusiasmo por el público “no especializado”.
A pesar de que los fans de Ingmar Bergman disfrutarán de la película al máximo, también es de gran interés para los no iniciados, a quienes les puede picar el gusanillo de explorar su obra.
Sinopsis
Bergman, su gran año, dirigido por Jane Magnusson, aborda uno de los períodos más importantes en la vida y la carrera del mítico cineasta sueco. En el año del centenario del nacimiento del mítico director sueco, Bergman, su gran año tuvo su estreno mundial en el pasado Festival de Cannes dentro de la sección retrospectiva Cannes Classics. Su directora, una experta en el realizador sueco que ya abordó su figura en anteriores trabajos como el documental Descubriendo a Bergman o la serie de TV Bergmans video, se centra en este largometraje en uno de los años más importantes de la carrera del cineasta,1957, año en el que estrenó dos de sus obras maestras más conocidas: El séptimo sello y Fresas salvajes.
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