Corey Feldman, compañero de la infancia para muchos espectadores de cierta edad, volvió a la gran pantalla como protagonista de The Birthday (2004), de Eugenio Mira, una de las películas más inclasificables del reciente cine español.
Al encontrarme con él, tenía claro que su trayectoria estaba ligada a una nostalgia que muchos comparten. Le vimos eliminando gremlins con el tirachinas, aterrorizar a una asistenta en Los Goonies, luchar contra los vampiros de Santa Clara en Jóvenes ocultos o irse de excursión para ver un cadáver en Cuenta conmigo. Por todo ello, fue toda una experiencia charlar con Corey, acompañado por Eugenio Mira en el papel de traductor de preguntas-contertulio. Han pasado ya unos cuantos años desde esta entrevista, y sin embargo, tengo la impresión de que Feldman no ha cambiado demasiado desde entonces.
The Birthday es una película inusual. ¿Cómo la ves ahora, años después de haberla rodado?
Esta es una película de la que estoy muy orgulloso porque, en primer lugar, creo que es mágica y representa muchas cosas. Y sobre todo porque es arte.
Mucho de lo que se ve hoy en día está precocinado, comercializado y no tiene sustancia. The Birthday es una aventura y una experiencia. Puede que no sea algo que le encante a todo el mundo. No es para cualquiera, unos la amarán y otros no, pero de cualquier modo si la ves tienes una experiencia, y eso la convierte en arte, porque obtendrás una reacción.
Tu carrera está llena de películas de culto.
Bien, tengo mucha suerte… [En este preciso instante Corey Feldman da un manotazo involuntario a su vaso de Coca-Cola, derramando su contenido de manera aparatosa, en lo que constituye un gag propio de sus antiguas películas. Por fortuna, no había ningún mogwai cercano.]
Como te decía, he sido extremadamente afortunado a lo largo de los años. Ni siquiera puedo adjudicarme el mérito, aunque todo en esta vida pasa por alguna razón, así que siempre estás donde debes estar. He tenido muchos éxitos y momentos altos en mi carrera, y al mismo tiempo he tenido bajones y equivocaciones. Por fortuna, creo que los éxitos han sido más fuertes que los errores.
Además de ser fan del cine juvenil de los 80, eres uno de sus máximos representantes. ¿Cómo se lleva eso?
Como espectador sería muy vanidoso si, al ver de nuevo aquellas películas, dijese: «¡Oh, las mías eran las mejores!». Pero no pienso así. Aprecio al arte de otra gente y me gusta ir al cine. Soy un cinéfilo. Cuando voy a ver al cine y digo: «¡Esa ha sido buena!», generalmente no es mía. Si es mía y oigo a la gente hablar de ella, yo no puedo valorarla igual que ellos.
Me dicen «¡Goonies, Goonies! ¡Es la mejor película de todos los tiempos!» y yo digo «Sí, bueno, no está mal». Estoy agradecido de que la gente recuerde esa y otras películas, pero no significa que yo las aprecie de igual manera.
No es que no las disfrute. Hay unas cuantas que me gustan, como Jóvenes ocultos (la cual no he visto desde que hice el audiocomentario para la edición en DVD) o Sueña un pequeño sueño. Estas dos serían mis favoritas.
Cuenta conmigo es un buen ejemplo de lo que te comento, porque nunca me gustó demasiado. Cuando era un chaval, la veía, y no era una película para chavales. En realidad, era para adultos que querían recordar su pasado en los años 50. Para un crío como yo, era un poco lenta y aburrida. No el tipo de película que me gustaba ir a ver. En cambio, adoraba títulos como El Club de los Cinco, Superman, Indiana Jones o El Color Púrpura.
¿Te molesta ser considerado un icono de los 80?
Estoy agradecido de tener fans en todo el mundo. Es algo alucinante. En cualquier país al que voy, la gente me reconoce. Es bastante agradable llegar al público de todo el mundo.
La mejor parte de todo esto es que puedo usar mi fama para divulgar un mensaje positivo, hacer llegar a las mentes de los demás ideas que son tanto políticas como espirituales. Me refiero a cosas en las que creo, como los derechos de los animales, el medio ambiente o la ecología, que son muy importantes para mí. Usar mi fama para eso es la parte buena.
Lo de ser una «figura icónica», no lo veo tan claro. La prensa ha sacado de contexto cosas que he dicho a causa de aquel terrible programa de televisión, The Surreal Life, inventando una frase que nunca dije.
Yo no lo veo así: yo soy un actor, soy un artista y espero que mi arte sea apreciado. No me gusta etiquetarme como un icono, porque eso tiene que ver con la imagen y no con el trabajo, y prefiero que se me aprecie por el trabajo que hago.
Por ese culto a la celebridad Arnold Schwarzenegger va a ganar otras jodidas elecciones [en enero de 2007]. ¿Sabes lo que ha dicho en un discurso? «Me encantan las secuelas, y esta es la mejor secuela». ¡Anda y vete!
¿Proyectos?
¡Buena pregunta! Estoy trabajando en una serie de animación en Toon Disney desde hace tres años, se llama Super Robot Monkey Team Hyperforce Go!, que espero un día veáis aquí, aunque no oiréis mi voz.
Además estoy trabajando en un show de televisión, The Two Coreys, del que seré productor ejecutivo y que protagonizaré junto a mi viejo compañero Corey Haim [Haim falleció en 2010]. Mi mujer Susie Sprague aparecerá en el show conmigo. Después de eso, protagonizaré, dirigiré y produciré una nueva película llamada The Straight Man. Además estoy tratando de acabar mi próximo álbum, así que la agenda está llena.
Imagen superior: Corey Feldman.net
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