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«Agente Secreto X-9», de Dashiell Hammett y Alex Raymond

La historia de este clásico empieza en el corazón de la era pulp, concretamente el 22 de enero de 1934. En este caso, el contexto lo es todo, o casi: recordemos que Flash Gordon había comenzado a editarse en la prensa el 7 de ese mismo mes, enriqueciendo un imaginario que cultivaban, por las mismas fechas, publicaciones como Amazing StoriesBlack MaskDime DetectiveThrilling Wonder Stories o Weird Tales.

El padre de Flash Gordon, Alex Raymond, fue el dibujante elegido para dar vida a un nuevo personaje, el Agente Secreto X-9, protagonista de una tira que, además de resumir todos los elementos del pulp detectivesco, conformaría un estereotipo cuyo linaje nos conduce a figuras muy posteriores, como el mismísimo James Bond.

A su manera, y sin dejarlo demasiado claro, X-9 venía a ser un superagente del FBI. Es decir, un tipo cuya valentía y disposición atlética sólo podían compararse con su mente, tan afinada como la de Sherlock Holmes.

Bajo las indicaciones comerciales del King Features Syndicate, el encargado de escribir los guiones fue un recién llegado al medio, Dashiell Hammett. Hoy sabemos que, como guionista, se las vio y se las deseó para entenderse la empresa editora, mucho más conforme con Raymond, cuyo carácter nada tenía que ver con el del bohemio escitor.

Aunque hay viñetas de esta serie en las que el originalísimo estilo de Hammett queda retratado a la perfección, uno lee Agente Secreto X-9 con la impresión de que Raymond fue algo más que un simple dibujante (lo cual, en este caso, ya son palabras mayores). En todo caso, la obra ha pasado a la posteridad como un hallazgo del autor de El Halcón Maltés, y no seré yo quien desmienta esa certeza. Al fin y al cabo, una leyenda consiste precisamente en eso, en levantar la vista y encontrarse un personaje cincelado en mármol, con una inscripción en la que figuran dos nombres tan admirados como los de Hammett y Raymond.

Durante el periodo que abarca este lujoso volumen, el escritor inyectó su personalidad en cuatro historias. Luego fue sucedido por otros dos guionistas de los que también cabría hablar largo y tendido, Don Moore y Leslie Charteris. A este último lo recordarán los más nostálgicos por ser el creador de otro personaje mítico, Simon Templar, El Santo, al que Charteris dedicó numerosas novelas desde 1928.

Confirman el éxito de X-9 los dos seriales cinematográficos estrenados en 1937 y 1945, con Scott Kolk y Lloyd Bridges como protagonistas, ambos en la piel de este héroe inolvidable.

Aunque hoy casi nos parezca inconcebible, cuando las tiras de prensa que reúne este volumen llegaron al público, Alex Raymond era un desconocido, a diferencia de Hammett, que ya era una celebridad y que brindó a X-9 algunos detalles típicos de sus criaturas de ficción: la ironía, la determinación y la habilidad para elegir buenas y malas compañías.

En el caso del dibujante, cabe hablar, sin duda, de la primera obra maestra de un genio. Con un estilo influido por ilustradores como Matt ClarkRaymond recorrió las tramas de Hammett con la elegancia y el dinamismo que uno espera en la mejor de las fantasías noir.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero, The Cult: La revista de la tercera cultura. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.