Los cambios sobrevenidos tras la crisis de la industria del cine y la consolidación del mercado digital han definido los gustos de nuestra época. El caso de la pasión por las teleseries resulta emblemático. Son muchos los que hablan de una edad de oro de la televisión, sintiéndose expertos en la materia, e ignorando ‒quién sabe si voluntaria o involuntariamente‒ que las series no son un invento de ayer, ni de anteayer, sino una fórmula que funciona saludablemente desde hace muchas décadas.
En cierta manera, esta nueva pasión se parece al romance que vive la audiencia con el cine de superhéroes: un idilio exclusivo, y también adictivo, que excluye al resto de los géneros y que no requiere de contexto histórico ‒por ejemplo, haber leído tebeos y conocer su trayectoria‒ para su pleno disfrute.
Supongo que otro signo de nuestra era es que el exceso de información y el ruido conducen a la trivialización. De ahí que uno se pueda encontrar con admiradores de Juego de tronos que lo saben todo ‒hasta el hartazgo‒ sobre esta megaproducción, pero que ignoran por completo que Olenna Tyrell, la Reina de las Espinas (la magnífica Diana Rigg) debe su gloria a haber encarnado a Emma Peel en una serie tan influyente como Los Vengadores (1961).
Que nadie me malinterprete. Quien toma entre sus manos el mando a distancia para pasar un buen rato no tiene la obligación de conocer la historia del medio. Leer los títulos de crédito siempre ha sido una costumbre minoritaria. Sin embargo, para aquellos que deseen lucirse como expertos, y ajustarse con sinceridad a ese perfil, sería muy recomendable un libro como el que motiva estas líneas: una guía histórica escrita por dos auténticos especialistas, Seitz y Sepinwall.
TV (El libro) posee todas las virtudes que uno buscaría en un manual para conocer lo que son y han sido las teleseries: una impecable documentación, una amenidad que no decae en ninguna página y un sentido crítico muy razonable.
La obra, como digo, es excelente en todos los sentidos, y entiendo que su principal problema ‒limitarse a la industria televisiva estadounidense‒ es inevitable, tanto por las dimensiones del volumen como por su necesidad de mantener una coherencia interna.
Frente al presente desconcierto entre cantidad y calidad, el magnífico libro de Seitz y Sepinwall nos recuerda que en cualquier arte narrativo, los antecedentes y las referencias son esenciales. Son numerosísimas las series que se acumulan en los archivos de las cadenas, y conocerlas, aunque sea de forma parcial, nos ayudará a entender que algunas novedades no son tan rotundas y originales como pudiera parecer a primera vista.
Sinopsis
¿Es The Wire (Bajo escucha) mejor que Breaking Bad? ¿Y Cheers mejor que Seinfeld? ¿Cuál es la mejor serie de ambiente universitario que se haya hecho? ¿Por qué se hundió Moonlighting (Luz de luna)? ¿La temporada de Netflix de Arrested Development fue brillante o terrible? Alan Sepinwall y Matt Zoller Seitz llevan veinte años debatiendo sobre estas cuestiones y muchas más, desde que empezaron a compartir una columna sobre la televisión en el diario de la ciudad de Tony Soprano… Pero, a la postre, todo se reduce a esto: ¿Cuál es la mejor serie televisiva? El debate llega a una conclusión épica en este libro. Sepinwall y Seitz han identificado y clasificado por orden las cien mejores series de la historia de la televisión estadounidense. Usando un sistema de tanteo complejo y que abarca todo obsesivamente, han creado un panteón en el que están las series más punteras, cada una de ellas acompañada de ensayos que profundizan en lo que las hizo grandes. Desde clásicos del ayer como The Twilight Zone (Dimensión desconocida) o I Love Lucy hasta obras de arte modernas como Mad Men y Friday Nights Lights, pasando por grandes éxitos como All in the Family (Todo en familia) o ER (Urgencias) e incluso favoritas de corta vida como Firefly o Freaks and Geeks (Instituto McKinley). TV (El libro) reúne los triunfos de la pequeña pantalla en un asombroso compendio. Los alegatos de Sepinwall y Seitz ya están hechos. ¡Ahora te toca a ti hacer los tuyos!
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