Las mil vidas de Pumby (1955-1984)

Un tontísimo prejuicio ha hecho creer, desde dios sabe cuándo, que toda obra concebida para el público infantil es por naturaleza inferior a cualquier otra que se dirija a un público pretendidamente adulto.

Una sandez, a poco que se pongan a pensar, pues no depende de su receptor la valía de una creación, sino de la del propio artista que la ejecuta. Así, cargados de paciencia ante tanta estupidez, vemos como cine, ilustración de cuento o dibujo de tebeos para niños (antes, que ahora ya no hay por estos lares) pasan desapercibidos o son como mucho mirados con insultante condescendencia a la hora de elaborar la historia del medio. Y sus autores enviados, con un poco de suerte, al Limbo, cuando no directamente al olvido.

Pocos tebeos pueden presumir de derrochar un caudal de fantasía tan abundante como el que muestran las aventuras de Pumby en sus cientos de episodios. Los años sesenta son la era de gloria de este gato, creado por don José Sanchis Grau para el semanario homónimo en la primera mitad de la década anterior.

Miles de páginas testimonio de su éxito popular, que muestran un manejo asombroso de la secuencia, del movimiento, del ritmo, un absoluto dominio de los códigos de la aventura. Se leen sus historietas con la pasión y el asombro del mejor relato fantástico, porque ante todo Sanchis es gran narrador gráfico, coherente y respetuoso siempre con sus lectores.

Imagen superior: silbando feliz una tonada, a despecho de peligros, asechanzas, fantasmas y amenazas varias camina por el mundo Pumby. Pura alegría de vivir, esa ‘joie de vivre’ que dicen, más eufónicos, los franceses, ese sentimiento tan esquivo y codiciado que el gato creado por José Sanchis encarna como nadie ha sabido hacerlo, ni antes ni después de él…

Habitante de cuanto universo forme parte de la cultura popular, Pumby no se priva de nada: viaja en el tiempo, navega por mares y espacios, enfrenta piratas, conoce mundos oníricos de objetos animados, nuevas dimensiones habitadas por botijos, chimeneas, esculturas o juguetes parlantes; alterna con las fuerzas elementales de la naturaleza; tiene por amigo íntimo a un mad doctor con aspecto de chivo (el profesor Chivete) y celebra, viñeta tras viñeta, esa fiesta inmensa de colorines que es la vida. O debiera ser, vamos.

Imagen superior: Pumby junto a su inseparable Blanquita en ‘Pumby vol. 2: El mundo de los sueños y otras historias’ (Dolmen Editorial).

Imagen superior: la encarnación superheroica de Pumby, creada por José Sanchis en 1961, nace de la fascinación que Supermán ejercía sobre el dibujante. Nacido en 1961, sus aventuras se prolongaron más de una década, siempre bajo el patrocinio de la editorial Valenciana. Un poco de zumo de naranja como elixir mágico que le otorga sus poderes, un petardo por emblema, una capa como la de Supermán y hala, a derrotar a pedrada y puñetazo a cuanto monstruo se ponga por delante. ¡Así da gusto…!

Imagen superior: la colección ‘Libros ilustrados Pumby’ fue publicada por editorial Valenciana en 1967; eran tomos recopilatorios de historietas aparecidas previamente en el semanario infantil. Y aunque el creador de Pumby y su dibujante único fuese José Sanchis, las cubiertas de esta serie las realizaron otros autores de la casa, como hace en esta ocasión el gran José Luis Macías.

Imagen superior: Pumby se enfrentó a robots gigantes tripulados muchos años antes de que llegase a nuestros lares el patrón de todos ellos, ese Mazinger Z que tanto veneran ustedes. Yo, que soy mucho más anciano, me quedo con los del doctor Ciclotrón, destructores, zancudos y coloristas, evocados por José Sanchis, el mismo que se encargaría, en el ocaso de su carrera, de confeccionar las aventuras españolas del célebre autómata nipón. Aunque este ejemplar llegó a kioscos a comienzos de 1969, la aventura original contra el Doctor Ciclotrón apareció antes en ‘Pumby’, hacia 1964 o 65. Su hermosa cubierta se debe a dos genios asiduos de la editorial Valenciana, el mismo Sanchis y el inmenso Jesús Liceras.

Imagen superior: una de las cualidades más fascinantes de la cultura popular es su capacidad de hacer batiburrillo con los temas de moda sin la menor vergüenza ni recato. Encuentro este ejemplar de ‘Pumby’ de marzo de 1980 donde el gato tripula una versión cibernética y gigante de sí mismo para combatir en las galaxias contra un imperio robot: cóctel de ingredientes no por conocidos menos delirantes…

Corresponden varias de estas imágenes a la colección Libros Ilustrados Pumby, ediciones de lujo que reeditan, de 1968 al 75, historietas de la revista montadas como álbumes a la francesa. Están realizadas por José Sanchis, junto a otros autores: Edgar, Soriano Izquierdo, José Luis Macías, José Lanzón, Liceras…

Volverá Pumby por el Desván, y don José Sanchis, que su genio lo merece de sobras. Y ustedes debieran agradecerlo, a poco que sean personas cabales…

Copyright del artículo © Pedro Porcel. Tras publicarlo previamente en El Desván del Abuelito, lo edito ahora en este nuevo desván de la revista Cualia. Reservados todos los derechos.