En sus orígenes más primitivos, Lérida fue un asentamiento de la tribu ibera de los ilergetes. El proceso de romanización dio lugar al pueblo llamado Lerda por los conquistadores.
Los visigodos transformaron el municipio en diócesis cristiana. Tras la entrada de los incursores árabes, éstos lo llamaron Lareda.
En 1149 Ramón Berenguer IV puso de nuevo el pendón cristiano en la plaza. Jaime II inauguró la primera universidad de Lérida ‒el Estudio General‒ en 1300. Las invasiones napoleónicas, fuertemente contestadas por la población local, significaron el destrozo de parte del patrimonio ilerdense.
«Lérida ‒escribe Juan Perucho‒ es la capital de la terra ferma, y su imagen es inconfundible, encumbrada por la aplomada estructura de la Seo, la obra maestra de la arquitectura gótica catalana. Lérida es una ciudad de un gran dinamismo, de una vertiginosa expansión y sus arrabales crecen a ambos lados del Segre, ya que como su hermana Gerona, se ve partida por una lenta corriente fluvial, que a veces deja de ser mansa y se precipita impetuosa hacia el sur, anegando las huertas y los bellos jardines de los Camps Elisis, donde muchas veces he visto la exuberancia de la Fira de Sant Miquel».
«La ciudad de Lérida ‒añade Josep Pla‒, enclavada junto al Segre, rodeada de llanuras feraces, tiene una vida intensa. Se alarga al lado del río y queda encajonada entre la ribera y el montículo sobre el que se levanta, como un espectro, la Seu Vella».
Qué ver en Lérida
La edificación de la Catedral Vieja, la Seu Vella, comenzó en 1203, y ello explica la evolución de su estilo, que avanza desde el románico al gótico.
La Catedral Nueva, o Seu Nova, es una construcción neoclásica del siglo XVIII. Otros monumentos de gran atractivo son los castillos de la Suda y Gardeny.
La iglesia de San Lorenzo es un típico templo románico del siglo XIII, al igual que la de San Martín. Al mismo periodo pertenece el Ayuntamiento o Paeria. Completan este catálogo monumental el antiguo hospital de Santa María, el templo de Santa María y la casa modernista de Magi Llorenç.
Fiestas
El 17 de enero es el día de San Antonio, fiesta de los payeses. El 11 de mayo, San Anastasio, es la fiesta mayor de Primavera. El llamado Aplec del Cargol es la ceremonia consistente en recoger caracoles para su posterior degustación popular. La verbena de la noche de San Juan (23 de junio), la procesión de los farolillos de San Jaime (24 de julio) y las ferias de San Miguel (29 de septiembre) completan el calendario festivo de la ciudad.
Qué comer en Lérida
Aficionados a la mejor gastronomía autóctona, los leridanos disponen en su menú de los siguientes manjares: cassolada típica, olla barrejada, habas con caracoles y alioli, sopa de Festa Major, arroz con congrio y bacalao, arroz con conejo, panadones rellenos de espinacas, pasas y piñones, caracoles (a la llauna, a la brutesca, a la gormanda o amb ametlles), patatas o coles rellenas de carne, patés del Valle de Arán, coca de recapte de escalivada y poti-poti de lentejas.
Excursiones desde Lérida
Desfiladero de Collegats.
Massis del Pedraforca.
Noguera Pallaresa-Bonaigua.
Noguera Ribagorçana-Mont Rebei.
Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.
Parque Natural de Cadí-Moixero.
Reserva Natural del Bajo Arán.
Visitas en los alrededores
Balaguer.
Les Avellanes.
Cervera.
Poblet.
Monumentos y museos
Catedral nueva.
Catedral vieja.
Iglesia de San Martín.
Hospital de Santa María.
Castillo de La Suda.
Ayuntamiento o Paeria.
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Imagen superior: Wikimedia Commons.
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