La Imperial Toledo es una de las ciudades españolas con una mayor riqueza patrimonial e histórica. En sus orígenes más remotos, se formó a partir de un asentamiento carpetano.
Tras la conquista romana (192 a.C.), renació como la villa de Toletum, que luego sería codiciada por los guerreros alanos y godos. El rey Leovigildo la transformó en capital de su reino, los árabes la tomaron en el 711 y Alfonso VI la reconquistó en 1085. A lo largo de este proceso, las culturas cristiana, judía y musulmana formaron una comunidad bien tramada, que originó, como máxima institución, la Escuela de Traductores de Toledo. A tal extremo llegó su prosperidad, que Carlos V quiso fue fuese la capital de su Imperio. Pese a su posterior decadencia, esta ciudad conserva las señas de su pasada grandeza.
«Toledo da para muchas vidas ‒escribe Fernando García de Cortázar‒. Fue símbolo de poder y de unidad. Y también plataforma de tolerancia. Cada piedra, cada rincón, rezuma memorias del ayer. Cada paso, cada giro de cabeza, es un descubrimiento, una dosis de belleza. Las prisas de nuestro tiempo obligan a visitas cada vez más rápidas, pero incluso el turista más apresurado debería concederse una tregua para callejear a la deriva por el laberinto de la antigua judería o para vez, entre otras joyas, la deliciosa iglesia del Cristo de la Luz, una especie de mezquita de Córdoba en miniatura; la sinagoga del Tránsito, dedicada a la vez al dios de Israel, a Pedro el Cruel y al tesorero Samuel ha-Levi; el templo de San Juan de los Reyes, soberbio recuerdo de la batalla de Toro; la catedral, con sus siete naves y veintiocho capillas; y por supuesto, los cuadros más sublimes y poéticos del Greco, El expolio ‒en la sacristía de la catedral‒ y El entierro del conde de Orgaz ‒en la iglesia de Santo Tomé‒».
Qué ver en Toledo
El esplendor toledano se manifiesta, sobre todo, en su imponente Catedral, erigida entre 1226 y 1493. Uno de los fundadores de dicho templo, el arzobispo Ximénez de Rada, también mandó construir el Palacio Arzobispal, en el que perviven algunos vestigios mudéjares.
Cuatro estilos –renacentista, medieval, plateresco y churrigueresco– dominan en el alcázar, destruido en varias ocasiones y reconstruido en otras tantas. A decir verdad, el recorrido por Toledo no ofrece otra dificultad que la paciencia, pues el catálogo monumental es abundante en grado extremo.
Entre los lugares de obligada visita figuran el monasterio de San Juan de los Reyes, el palacio de Fuensalida, la puerta y el puente de Alcántara, la sinagoga del Tránsito, el taller del Moro, el Ayuntamiento, la Casa de El Greco, los conventos de la Concepción Franciscana, Santa Isabel de los Reyes y Santo Domingo el Antiguo, los hospitales de Santa Cruz y Tavera y las iglesias de San Andrés, San Sebastián, Santa María la Blanca, Santiago del Arrabal, Santo Tomé y El Salvador.
Fiestas
Como ciudad bendecida por la historia, Toledo refleja en sus fiestas un pasado solemne y rico en acontecimientos. Esto es lo que se deduce, por ejemplo de la fastuosa procesión del Corpus Christi o de las interesantísimas celebraciones de la Semana Santa. Con un espíritu más liviano, durante las fiestas patronales de la Virgen del Sagrario (15 al 20 de agosto) hay ferias y exhibiciones populares.
Qué comer en Toledo
Además de vinos de ilustres cepas, los figones toledanos ofrecen al comensal inmejorables manjares, entre los que resaltan el cordero asado o como cuchifrito, la perdiz con pochas o estofada, el cochinillo al horno y la tortilla a la magra. En los entrantes, no ha de faltar el queso manchego, cuya intensidad de sabor contrasta con la dulzura del clásico mazapán toledano. A quienes se conformen con el tapeo tradicional, les cabe degustar las migas, la liebre salpimentada y las carcamusas.
Excursiones desde Toledo
Parque Nacional de Cabañeros.
Rincón del Torozo.
Sotos del Río Guadyerbas y Arenales del Baldío de Velada.
Montes de Toledo.
Visitas en los alrededores
Illescas.
Talavera de la Reina.
Oropesa.
Orgaz.
Montalbán.
El Toboso.
Monumentos y museos
Catedral.
Alcázar.
Puerta antigua de Bisagra.
Taller del Moro.
Iglesia de Santo Tomé.
Museo de Santa Cruz.
Sinagoga de Santa María la Blanca.
Sinagoga del Tránsito.
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Imagen superior: Wikimedia Commons.
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