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«Caída y auge de Reginald Perrin», de David Nobbs

Pocas cosas hay más divertidas que acompañar a Reginald Perrin en ese plan que, sin que nadie se entere, le lleva a pulsar el botón reset de su insoportable vida. La novela de David Nobbs, mucho menos conocida entre nosotros que la teleserie que inspiró, es una de esas lecturas de las que uno sale reconfortado ante su constante despliegue de comicidad e inteligencia.

¿Lo recuerdan? Leonard Rossiter –a quien ya habíamos visto en un par de películas de Kubrick– daba vida en la pequeña pantalla a Reggie Perrin. Un cuarentón esclavo de la rutina. Un oficinista cuyas turbias y esperpénticas fantasías recuerdan las de Walter Mitty. De vuelta de casi todo, el bueno de Reggie se harta de vivir en un mundo ridículo, gobernado por mediocres y cretinos –ya es mala suerte–, y decide saltarse todos los semáforos planeando un falso suicidio.

Y adiós muy buenas: Reggie lo manda todo al diablo. Que eso ayuda mucho.

The Fall and Rise of Reginald Perrin se emitió por la BBC desde el 8 de septiembre de 1976. A nuestra televisión llegó años más tarde –como casi todo–, y alcanzó un memorable éxito en aquellos días en los que no existía la medición de audiencias, y los programadores –ay, los programadores– aún no habían decidido que su target potencial serían los analfabetos con déficit de atención (¿Se imaginan que hoy lo más visto por aquí fuera el equivalente de Yo, Claudio o de Arriba y abajo? Sí, ya lo sé: son otros tiempos)

El guión de la teleserie también llevaba la firma de David Nobbs, y aunque era un poco menos arriesgado que la novela original –así lo decidió la BBC–, lo cierto es que aquel libreto alcanzaba unos niveles de sarcasmo inolvidables.

Nobbs no le pudo ir mejor. Tras el éxito de la primera temporada y de su antecedente literario, escribió las siguientes novelas de la saga tomando como base las dos nuevas hornadas de la sitcomThe Return of Reginald Perrin (1977) y The Better World of Reginald Perrin (1978).

Sarcasmo a la inglesa

Un aviso: que nadie busque un divertimento frívolo en estas páginas. Caída y auge de Reginald Perrin es un libro que, más allá de la gracia con la que está escrito, nos advierte de que no conviene hacerse muchas ilusiones, porque la felicidad siempre acaba siendo un ejercicio de agudeza visual.

Es cierto que, a su modo, Reggie se toma la revancha después de revivir durante años el día de la marmota en su casa y en su empleo. Pero su delirante búsqueda de una nueva identidad no le permite darse por satisfecho.

No me sorprende, porque Nobbs escribe en caliente, sin clemencia, achicharrando a sus personajes mientras le va dando a la tecla. Lo llamaremos realismo. Como dice otro humorista que conoce bien el percal, Jardiel Poncela, la felicidad es algo que suele darse, pero no recibirse.

Sinopsis

Un clásico de la comedia inglesa, considerado uno de los libros más divertidos, crueles e irreverentes de la reciente literatura anglosajona.

Inspiradora de una de las comedias televisivas más famosas de todos los tiempos, Caída y auge de Reginald Perrin es una obra maestra del género humorístico en el ámbito anglosajón. Su protagonista, Reginald Perrin, es un hombre gris; un mediocre e infeliz ejecutivo de ventas cuarentón, que malgasta sus días en la empresa Postres Lucisol, sometido a un jefe estúpido para el que desempeña un trabajo alienante, mientras lleva una vida suburbana al lado de su esposa y una familia plagada de gorrones. Hasta que un día, entregado a continuas fantasías que le apartan momentáneamente del sopor, decide tirarlo todo por la borda y dar el gran paso: desaparecer sin dejar el menor rastro, simular su propio suicidio, y adoptar una segunda identidad para volver a comenzar desde cero.

David Nobbs nació en Orpington, en el condado inglés de Kent, en marzo de 1935. A pesar de ser hijo y nieto de profesores, jamás en la vida tuvo siquiera tiempo para pensar en dedicarse a la enseñanza.

Tras hacer el servicio militar en el cuerpo de ferroviarios y convertirse en guardavías, estudió Lenguas Clásicas en Cambridge y comenzó a escribir. Incluso planeó mudarse a Viena (por entonces la ciudad más barata de Europa), alquilar una buhardilla y convertirse en un novelista muerto de hambre. Afortunadamente, le salió al paso la oportunidad de trabajar en un pequeño periódico de Sheffield, donde comenzó una titubeante carrera como reportero. El propio autor afirmaría más tarde que fue probablemente el periodista más pésimo de la historia de Inglaterra. De hecho, dedicaba sus días a beber una pinta tras otra en el pub del barrio y a escribir obras de teatro impublicables. Dotado de una vis cómica a prueba de bombas, pronto empezó a colaborar como guionista para varios programas humorísticos de la BBC. En 1965, cuando vio la luz su primera novela, The Itinerant Lodger, el Daily Telegraph dijo literalmente de ella que «presumiblemente, se trataba de una historia graciosa». El éxito, sin embargo, le llegaría en 1975 con la publicación de Caída y auge de Reginald Perrin, que conocería una secuela en The Return of Reginald Perrin (1977) y en The Better World of Reginald Perrin (1978). El personaje de Reggie Perrin, que se hizo inmortalmente famoso, y que incluso creó escuela entre la nueva generación de autores británicos de los ochenta, sería recuperado en 1995 en The Legacy of Reginald Perrin. Actualmente, David Nobbs vive con su segunda esposa en una bellísima casa sobre las colinas de North Yorkshire. Le sigue encantando descubrir pubs rurales, y es un hincha acérrimo del Hereford United.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.