Xue Tao (768-831) fue una cortesana y poeta de la época Tang. Provenía de una buena familia de la capital, hija de un funcionario que se preocupó de darle una buena educación literaria. A los nueve años ya escribía versos. La tradición cuenta que una vez su padre le pidió que compusiera un poema sobre un árbol, ella escribió este dístico:
“Las ramas se encuentran con los pájaros que se posan sobre ellas,
vienen del norte y del sur, las hojas se mecen con cada compás del viento.”
Su padre se enfadó mucho porque encontró en ese verso una evidencia de que su hija tenía disposición a la lujuria. Se la llevó con él cuando lo destinaron a la provincia de Szuchuan, donde murió, dejándola en extrema pobreza.
Como era una hermosa joven de gustos extravagantes, se registró como prostituta en Chengtu y pronto fue famosa por su talento y atractivo, dice Van Gullick, aunque con el tiempo, el gobernador militar de la provincia, Wei Gao, la convirtió en la primera de sus concubinas.
En esta época conoció al poeta Yuan Zhen, con quien se sabe que al menos intercambió poemas. Se hizo muy conocida como poeta en los círculos literarios, pues conoció y fue admirada por Po Chui (Bai Juyi), uno de los más célebres poetas de la época. Tras la muerte de Wei siguió gozando de una buena posición, incluso mejor, porque pudo llevar su propia vida, con cierta libertad, en una casa relacionada con el gran poeta, ya muerto entonces, Du Fu.
Xue Tao obtenía ahora sus ingresos fabricando papel para poemas, que sin duda ella misma empleó para trazar los caracteres de los suyos. Se dice que adoptó el taoísmo.
De sus muchos poemas se conservaron más de 450 en la Colección del Río del Brocado, al menos hasta el siglo XIV, pero muchos se perdieron, y ahora apenas quedan unso 100.
En su antología de poetas chinas, Kenneth Rextroth y Ling Chung incluyen dos poemas de Xue Tao:
El arroyo otoñal
Se ha vuelto cristalino últimamente
y, al deslizarse como una
cinta de humo, suena como una cítara
de diez cuerdas. El sonido
penetra en mi almohada y me hace
pensar en amores pasados.
La melancolía no me deja conciliar el sueño
El segundo, dirigido a Yuan Chen, me gusta especialmente y me recuerda fragmentos de Safo:
Poema antiguo para Yuan Chen
Cada poema tiene sus propios tonos.
Yo sólo sé escribir versos
evanescentes sobre el amor apacible
a la sombra de las flores
iluminadas por la luz de la luna o
en mañanas brumosas bajo
los sauces llorones. la comcubina
de jade verde se encontraba
recluida, pero tú debes aprender
a escribir poemas de amor en
papel rojo para las muchachas de la
Ciudad del placer. Como me
estoy haciendo vieja, debo transmitir
lo que sé, así que te voy a enseñar
como si fueras un colegial.
Supongo que el Yuan Chen al que está dedicado el poema es el mismo Yuan Zhen que fue tan amigo suyo (con la trascripción de los nombres chinos no siempre se sabe si se trata de la misma persona).
A la izquierda: estatua de Xue Tao (Daderot, CC) rodeada de bambú, su planta favorita (también la mía). Cuando murió, la gente plantó bambú en los jardines de Xue Tao, que se convirtieron en el Parque de Wangjianglou (Mirador sobre el Río). Más de 120.000 kilómetros cuadrados con más de 150 variedades de bambú.
Bibliografía
R.H. Van Gulik: La vida sexual en la antigua China.
Kenneth Rexroth y Ling Chung: El barco de orquídeas, poetisas de China.
Imagen de la cabecera: obra del pintor realista Zhao Kailin (Bengbu, China, 1961).
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