Hubo un marcado tono optimista en muchas obras de mediados y finales del siglo XIX. El húngaro Mór Jókai fue un escritor cuya popularidad fue enorme a pesar de que los críticos supuestamente serios albergaban reservas sobre su calidad estética.
Dio igual: Jókai se convirtió en el autor más importante de su país y el único conocido en el extranjero. Escritor precoz ‒a los nueve años publicó su primera poesía y a los veintiuno su primera novela‒, era una persona de carácter suave y agradable cuyo optimismo contrastaba con los difíciles momentos que atravesaba su patria (levantamientos revolucionarios, guerras…)
Su obra es extensa (unos ciento diez volúmenes de novelas, dramas y cuentos) y destaca por su inclinación hacia lo heroico, lo insólito y lo mágico que se ocultaba en los rincones de la historia. Sus novelas recorrían los cinco continentes y la línea temporal tanto hacia adelante como hacia atrás.
Precisamente, entre su bibliografía se cuentan varias historias curiosas de ciencia-ficción, especialmente esta, La novela del siglo venidero, una historia futurista de corte positivista en la que juegan un papel fundamental las nuevas tecnologías alimentadas por una nueva sustancia llamada “icor”, una especie de sustancia cristalina flexible e irrompible.
A pesar de estar demasiado anclada en un estilo, el del Romanticismo, que hoy resulta algo envejecido, los dos volúmenes de este gran relato incluyen pasajes casi proféticos, como el advenimiento de la aviación, impulsada por la electricidad. Anticipándose en década y media a Julio Verne y su Robur el Conquistador, Jókai previó el potencial de esa tecnología como arma letal, siendo el primer escritor que describió una batalla aérea. Otra de sus visiones fue el estallido de una revolución en Rusia y el posterior establecimiento de un estado totalitario. Hasta tal punto se acercó a lo que luego sucedería que el libro fue prohibido en Hungría durante los años de dominio comunista por su descarnada y crítica aproximación a lo que, a la postre, se acabaría convirtiendo en realidad.
El carácter fantástico de la novela se agiganta a medida que se interna en el futuro. Los pueblos de la tierra llegan después de una guerra a la paz mundial y la prosperidad y de ahí a la colonización del sistema solar. La ocurrencia más colosal de Jókai es la llegada de un cometa al sistema solar. Tras destruir los anillos de Saturno, amenaza con devastar la Tierra y acaba proporcionando a la Luna una atmósfera antes de pasar a incorporarse al resto del Sistema Solar como nuevo planetoide.
Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción. Reservados todos los derechos.