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Rutas culturales por Cuenca

Sobre el altozano que se eleva sobre las hoces de los ríos Júcar y Huécar, los árabes erigieron una fortificación. Lo estratégico del promontorio benefició a los militares y también a los pobladores que fueron acercándose a este punto defensivo. Cuenca disfrutó del favor del Califato en tiempo de los Omeyas, pero no tuvo la misma suerte cuando la conquistó en 1177 Alfonso VIII. No obstante, recibió fueros y sirvió como sede episcopal. La fecundidad del territorio contribuyó a mejorar la economía conquense, impulsada por el comercio de lana y textiles.

«Toda la ciudad ‒escribe Fernando García de Cortázar‒ parece colgada sobre abismos pavorosos, tan colgada como las famosas casas que hoy sirven de marco al Museo de Arte Abstracto, arbitrariamente sostenidas por unas pocas vigas empotradas en la piedra. Si como dijera Baroja, Cuenca es un nido de águilas hecho sobre una roca, el nido ha sido siempre una fortaleza. La torre Mangana es un resto ilustre del alcázar árabe, el reloj antiguo y proletario que marca las horas de un lugar que se enriqueció en los siglos medievales gracias al pujante comercio de la lana y a la industria textil».

El escritor del Siglo de Oro Antonio Enríquez Gómez observó que Cuenca es «una montaña poblada de edificios». Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, la ciudad compone un universo original, asimétrico y laberíntico, que rompe la lógica urbana. En ella, además de los monumentos históricos y religiosos, destacan la belleza de sus tradiciones y artesanías, así como la riqueza natural del entorno: el agua verde y encantada del Júcar, que ciñe una de sus fronteras, y la hoz del Huécar, retorcida e inquieta.

«Ciudad de madera y yeso, de tea y de tiza ‒escribe Pedro de Lorenzo‒. Tallada Cuenca orgánica, viva. Fosforescente. Marinera ciudad, viuda del mar, varada en la cruz de la Península, y de la que se ha dicho: isla; una isla de piedra, rodeada de piedra. Yo he visto –y lo he mostrado– el mar en Cuenca; allá en la alta noche. Desde los campos del Castillo, la vega del Moscas tomaba el aspecto de un puerto de mar: la niebla adensada en la hoz, rellenando el abismo; en lejanía las farolas, de reflejos cabrilleantes… Cuenca en medio, en el aire de agua, toda prismas de cristal erguidos, apretándose, las picas en el suelo».

Qué ver en Cuenca

La fascinante Catedral de Nuestra Señora de Gracia es un ejemplo de eclecticismo estilístico, pues contiene elementos gótico-lombardos, anglo-normandos, renacentistas, barrocos, góticos y neoclásicos. La originalidad de dicho templo es de aplicación cuando se habla de las casas colgadas, edificadas en el siglo XIV a un pie del abismo, sobre el río Huécar.

Otras construcciones de importancia son la Plaza Mayor, las iglesias de San Miguel, San Pablo y San Felipe Neri, la capilla de la Virgen de las Angustias y la Torre de Mangana. Por otro lado, Cuenca es una ciudad inquieta en el ámbito cultural, y ello se manifiesta en las salas del Museo de Arte Abstracto, el Museo Arqueológico y el Museo Diocesano.

Fiestas

Las ferias de agosto tienen la misma raigambre que los festejos taurinos de San Mateo, que se celebran en septiembre. El vigor de la Semana Santa conquense tiene una prolongación culta durante la Semana de Música Religiosa, organizada de forma anual durante el mes de marzo.

Qué comer en Cuenca

Las tradiciones pastoriles definen la gastronomía autóctona, intensa en sus sabores y original en la disposición de los platos. Vayan por delante los siguientes ejemplos: las chuletas de lechal al rescoldo de la sierra, el ajoarriero, los gazpachos galianos sobre pan ácimo, la caldereta, la garbanzada con bacalao y espinacas, las migas, las patatas al ajovirón, los morteruelos, los zarajos y las truchas asadas.

Excursiones desde Cuenca

Ciudad Encantada.

Hoces del Cabriel.

Reserva del Hosquillo.

Hoz de Beteta.

Ventana del Diablo.

Lagunas de Manjavacas.

Nacimiento del Río Cuervo.

Parque Natural del Alto Tajo.

Visitas en los alrededores

Valera.

Monasterio de Uclés.

Segóbriga.

Cañete.

Museos y monumentos

Torre de Mangana.

Museo de Arte Abstracto.

Plaza Mayor.

Catedral.

Museo Diocesano.

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Imagen superior: Wikimedia Commons.

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Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.