Cuando veo que las adaptaciones de Agatha Christie se preparan y ejecutan con el mismo celo y lujo de un Shakespeare, vuelvo a echar de menos no haber crecido en una sociedad que ame su cultura popular y que no haga de su denostación y mofa un ejercicio de distinción y brillo intelectual, por aquello de distanciarse de la vulgar masa…
Me pregunto dónde está la nueva versión de un Blasco Ibáñez, de una Corín Tellado, de un Álvaro Retana, de un José Mallorquí, de un Vázquez-Figueroa, y de tantas figuras que se perdieron o van perdiendo en el olvido, de las que las generaciones siguientes no oyen hablar –¡ni siquiera asisten a su entierro público!– bajo nuestras toneladas de desprecio clasista o de ignorancia disfrazada de sofisticación.
«Caspa», «cutre», «chabacano»… Me siento tan ignorante de mi propia tradición por culpa de nuestros prejuicios culturales.
¡Tantas cosas que no veríamos en el cine y en Netflix si fueran nuestras! ¡Cómo nos reiríamos de Stephen King y Stan Lee! ¡¡¡A 13TV los dos!!!
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