Dicen que Margaret Mitchell (1900-1949) escribió el personaje de Scarlett a su medida. Vamos, que la heroína de Lo que el viento se llevó era un trasunto de su creadora. Nacida en Atlanta (Georgia), Margaret era sureña por los cuatro costados. Sus dos abuelos combatieron en el ejército confederado y, posteriormente, se enriquecieron con la reconstrucción de ese Sur devastado. Margaret creció oyendo historias de la Guerra de Secesión.
Hija de una destacada sufragista, Maybelle Stephens, Margaret fue una de las primeras mujeres con columna propia en The Atlanta Journal, periódico de aquel Sur clasista y esclavista a partes iguales. Durante cuatro años escribió 129 artículos, 85 historias y varias reseñas bibliográficas. Un accidente hizo que, durante meses, hubiera de permanecer postrada. Y fue entonces cuando su marido decidió comprarle una Remington Portable 3. Y empezó a escribir un proyecto de novela. Diez años después veía la luz Gone with the Wind, un retrato romántico de aquellos estados confederados desaparecidos tras la guerra que enfrentó al Norte con el Sur.
Su primera novela. Y la única. Ganadora del Premio Pulitzer. Más de treinta millones de copias vendidas desde aquel último día de junio de 1936, cuando salió de imprenta. El segundo libro preferido de los norteamericanos, sólo por detrás de la Biblia.
La obra que ha marcado todos los relatos publicados, con posterioridad, sobre el tema. La historia sobre la que se construyó una de las películas más taquilleras de todos los tiempos.
Imagen superior: Mitchell, en el centro, acompañada por el productor David O. Selznick y los actores de «Lo que el viento se llevó» (1939), Vivien Leigh, Olivia de Havilland y Clark Gable. La escritora murió diez años después, atropellada en una calle de Atlanta cuando se dirigía a ver, junto a su marido, «Un cuento de Canterbury» («A Canterbury Tale», 1944), de Michael Powell y Emeric Pressburger.
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