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«Hardware: Programado para matar» (Richard Stanley, 1990)

En 1990, un año antes de que se estrenara la cinta sobre cyborgs más espectacular y exitosa hasta la fecha –Terminator 2–, esta modesta producción de serie B cautivó a más de un aficionado, y de hecho, se ha convertido en una película de culto a lo largo de los años.

Hardware llamaba la atención en su época por una peculiar puesta en escena post-industrial, y por un guión al uso, pero repleto de referencias bíblicas, espirituales y sociales que la convertían, a la vez, en una película pedante pero no exenta de interés, ya que principalmente se trataba de una pieza de terror y ciencia-ficción barata que cumplía a la perfección con ese papel.

Como una década antes hiciera Ridley Scott en Alien: el octavo pasajero Blade RunnerHardware toma como referencia visual y argumental la ciencia-ficción del cómic europeo, aunque centrándose más en el tebeo británico de los años 80 y echando mano de la cultura cyberpunk, tan popular en aquellos tiempos, principalmente gracias a la obra del escritor William Gibson.

A pesar de su magro presupuesto y escasa distribución, Hardware logró convertirse en una de las principales películas cyberpunk de culto, junto a las dos entregas de Tetsuo, de Shinya Tsukamoto, y a Días extraños (Kathryn Bigelow, 1995). Esto es algo que, por cierto, no lograron cintas más ambiciosas, como El cortador de césped (Brett Leonard, 1994) o Nirvana (Gabriele Salvatores, 1997).

Con una estética de videoclip entre hipnótica y molesta, repleta de filtros de color naranja, rojo y azul e imágenes caleidoscópicas reminiscentes de las drogas de diseño, Hardware se sitúa en un mundo futuro decadente, donde la alta tecnología y la chatarra conviven en ciudades abigarradas, rodeadas de eriales producto de la contaminación y la hecatombe social.

Es un mundo tan cercano al de Blade Runner como al de Mad Max, y en él la escoria metálica es moneda de cambio.

Uno de estos exploradores-chatarreros (Dylan McDermott) regresa del desierto radiactivo y se hace con los restos de un robot de combate, el MARK 13 (nombre de connotaciones evangélicas), que regala a su novia (Stacey Travis), una escultora vanguardista.

La chica utiliza los fragmentos del robot para su nueva creación, pero la máquina se reactiva y se reconstruye con piezas improvisadas. En adelante, tiene como único objetivo la eliminación de los humanos.

MARK 13 luce un aspecto que nos recuerda la imagen de la Muerte, pero también parece un insecto.

El film se realizó justo antes de la «revolución digital», así que el robot es una mezcla de animatrónico y marioneta que resulta totalmente tangible. El director lo muestra de manera muy fragmentada para que no resulte demasiado obvio y tampoco pierda su imagen amenazadora.

La atmósfera de terror se crea aprovechando los mínimos decorados. No en vano, la mayor parte de la película transcurre en un apartamento. De ese modo, Richard Stanley obtiene una sensación general de claustrofobia y de omnipotencia por parte del robot.

Al ambiente pesadillesco de la película contribuye la venerada banda sonora de Simon Boswell, repleta de sonidos electrónicos, rock y toques tribales, acompañados por la voz del DJ radiofónico Angry Bob, interpretado por el mismísimo Iggy Pop.

Hardware está basada en el cómic SHOK!, dibujado por Kevin O´Neill a partir del guión de Steve McManus.

La cinta está escrita y digirida por el mencionado Richard Stanley, quien consiguió ser un director de culto gracias a este film y a su siguente trabajo, Dust Devil (1993). Por desgracia, su carrera ha sido algo más disipada a raíz de su intervención en la versión de 1996 de La Isla del Dr. Moreau, donde fue reemplazado como director por John Frankenheimer en el transcurso de una accidentada producción. La película fue un sonado fracaso, y fue recibida con bromas y críticas destructivas a raíz de las extravagancias interpretativas de Marlon Brando.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Palace Pictures, British Screen Productions, British Satellite Broadcasting (BSB). Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).