Ramón Mayrata
El Libro de phisonomía natural y varios secretos de la naturaleza, de Gerónimo Cortés, es, hasta la fecha, el primer libro en español que conocemos en el que se explican efectos de magia.
Hay una publicación anterior relacionada con un mago español, un pliego atribuido a Dalmau el Tortosino, pero impreso en toscano, en el Véneto, en los últimos años de la década de 1570. El de Cortés, médico y matemático, se publicó en Valencia en 1598. Ambos incluyen, junto a los juegos de manos revelados, recetas médicas, supuestos efectos maravillosos de las piedras o las plantas, nociones de física, química y matemáticas y consejos domésticos. Son «libros de secretos» cuyo modelo se encuentra en los Tratados de Juan Bautista della Porta. Estoy convencido que tiene que haber libros anteriores al de Cortés y los estoy buscando. También me parece extraño que no se conserven folletos, como el de Dalmau, de los que se vendían durante los espectáculos de escamoteo.
El libro de Dalmau incluye entre los juegos de manos la cuerda rota y recompuesta y el hilo cortado en cien pedazos y recompuesto. También variaciones de la carta en el limón, cómo introducir un mensaje, corales o guantes o cualquier otra cosa en un limón o en una naranja. O un doblón en un membrillo.
Algunos se basan en la utilización de pequeños animales, procedimiento al que es muy aficionado en nuestro tiempo el gallego Mago Antón. Para hacer cantar a un cuervo pintado sobre un papel se utiliza una rana viva. Para que un vaso de vino se mueva sobre una mesa se emplea un escarabajo. Y para lograr que un huevo ande se recurre a una sanguijuela.
Otros efectos son enrollarse una cuerda al cuello y apretar sin ahorcarse, hacer que los garbanzos parezcan espíritus y hacer ascender un huevo en el aire y que desaparezca, para lo que se utiliza el rocío de la mañana.
Es curioso el efecto de romper una vasija de vino, logrando que el líquido no se derrame y se mantenga unido, para lo que se utiliza una vejiga.
La química permite otro efecto muy visual: dos cabezas pintadas en un muro una de las cuales apaga y la otra enciende una antorcha cuando se acerca a ellas.
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Daniel Tubau
Guzmán Urrero
