Hernán MigoyaAntolín Prieto ya era un excelente crítico de cine y ahora es también un excelente director: el jueves 6 de junio de 2019 se estrena en las carteleras peruanas su filme Los helechos.
Prieto ha tomado el vacío de varias parejas clasemedieras típicas de cualquier capital y lo ha transformado en una comedia hilarante. ¿Os acordáis cuando en la peli argentina El hombre de al lado (Mariano Cohn y Gastón Duprat, 2009) un par de urbanitas pijos confundían los golpes de un vecino haciendo obras con la percusión genial de un CD de música experimental y soltaban todo un discurso conceptual en torno a ello? Pues así, hora y media: una jocosa sarta de orientalismos, veganismos, ruralismos, papanatismos y todo tipo de ismos aplicados a insuflar gravedad a unas vidas desinfladas, retratadas por su director con el mismo cariño que impiedad.
No os perdáis su estreno el primer fin de semana: es ese tipo de cine que no cuenta con respaldo empresarial para hacer frente a Hollywood y su continuidad en cartelera depende mucho de su taquilla inicial.
Lo que sorprende es el esfuerzo promocional que los responsables de Los helechos están haciendo para difundir su película. Para empezar han tenido el buen gusto de lanzar tres minicómics donde se narran vicisitudes previas de las tres parejas protagonistas, realizados por tres artistas de fuste: Ana Paula Machuca, Ale Torres y Eduardo Yaguas. Los podéis descargar aquí gratuitamente. Y aquí está la página oficial de la película.
Toda la suerte para esta propuesta insólita que se mueve en terrenos más afrancesados y argentinados que gringos, entre el Assayas y la Martel, y que ya ha cosechado elogios en su ruta festivalera. Y, en lo personal, mi deseo de que éste sea el inicio de una fructífera carrera para Antolín Prieto como cineasta. Su audaz visión lo merece.
Sinopsis
Un fin de semana en el campo. Dos parejas. Harto pisco. ¿A ver qué pasa? Dos parejas, Toshiro y Helena, casados y con hijas, y Felipe e Iris, más jóvenes y conviviendo, escapan de la rutina de la ciudad durante un fin de semana hospedándose en una finca regentada por un par de hippies, Sol y Miguel. Entre comidas y conversas aparecen conflictos entre ellos. Los deseos personales y una propuesta inesperada disparan las crisis de cada pareja. La complicidad femenina las disipa temporalmente, pero todos se dan cuenta que tendrán que decidir sobre su futuro pronto.
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