«El legado filosófico y científico del siglo XX», de Manuel Garrido, Luis M. Valdés y Luis Arenas (coords.)

Naturalmente, una cosa es la sabiduría y otra la impresión de tenerla. Una cosa es el conocimiento que, a la hora de la verdad, cultivan los filósofos y los científicos, y otra la «ilusión de conocimiento» que, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Yale, nos lleva a confundir los contenidos disponibles en la web con nuestra propia inteligencia.

Gracias a las redes sociales, se ha impuesto esa idea temeraria. De sus algoritmos sale una voluntad clara: la de anteponer la superficialidad, el sobrecalentamiento emocional y la desmemoria a la erudición, la cordura y la prudencia.

Perdonen mi melancolía, y para evitarla, hablemos ahora una novedad editorial que mueve al optimismo.

Encajar el pensamiento crítico ‒hoy casi desaparecido‒ en la sociedad digital es una tarea ingrata, pero imprescindible. Hay que ponerse a trabajar hoy mismo, porque no existen los milagros. Para emprender esa tarea, lo mejor es volver la vista atrás y comprender en qué medida el compromiso filosófico, intelectual e investigador ha modulado los criterios del siglo XX. Y a eso se dedica, precisamente, este magnífico libro, que propone un panorama ejemplar de la ciencia y la filosofía occidental.

Como sucede en los ensayos realmente ambiciosos, podría decirse que cada parte está en el todo y todo está contenido en cada parte. Los autores aquí mencionados son incontables. Cada escuela, cada corriente y cada disidencia se definen en su contexto, con una claridad que descifra las especulaciones más complejas, y las vuelve accesibles para el estudiante y el lector curioso.

«La filosofía no debe dejarse transportar sin más al pasado, como el personaje del cuento de Mark Twain, ni tampoco olvidarlo, sino reinterpretar el presente y proyectar el futuro sin ignorar el tesoro de la tradición». Lo que acaban de leer no lo he escrito yo, sino Manuel Garrido, Luis M. Valdés y Luis Arenas, coordinadores de este volumen colectivo, enriquecido por numerosas firmas de prestigio, especializadas en cada faceta que en él se aborda.

Ejemplar en todos los órdenes, El legado filosófico y científico del siglo XX plantea una lectura corpulenta, elevada e intensa, pero también amena.

Recorrer sus páginas equivale a entrar en un espacio fecundo, generoso, audaz y proteico, en el que se define lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Esa densidad nos permite comprender cómo se han alzado los pilares de nuestra civilización, dándole una razón de ser a nuestras aspiraciones más profundas y  una respuesta positiva al quehacer de los investigadores.

Sin duda, nos encontramos ante un verdadero antídoto frente a la banalidad. No cabe llegar más lejos.

Sinopsis

Este libro relata la odisea del pensamiento filosófico y científico del siglo XX, con sus principales aventuras y conquistas. El destino de la filosofía occidental en el siglo XX es el tema principal y más extensamente aquí considerado. Las dos primeras partes que lo abordan van precedidas de amplias introducciones panorámicas, cuyo propósito es suministrar al lector, como primera aproximación, una rápida visión global que le permita profundizar luego en los temas de su preferencia. Además de seguir este criterio de hipertexto, las obras clave de los principales filósofos son tomadas como elementos básicos o sillares del saber transmitido, de manera que el lector puede disponer de microensayos o informes especiales sobre prácticamente todos los libros de filosofía más importantes del pasado siglo. Las contribuciones de la tercera parte, dedicada al desarrollo de la lógica y la matemática y de las ciencias de la naturaleza y de la sociedad, han sido principalmente elaboradas por hombres de ciencia. Todos ellos han hecho expresamente el esfuerzo de dirigirse a un lector de cultura media que sepa más de letras que de ciencias. La razón de incluir como cuarta parte separada el pensamiento español ha sido el deseo de facilitar así mejor su conocimiento a las jóvenes generaciones de nuestro país. En la quinta parte se aborda el inexcusable estudio del pensamiento actual de las culturas no occidentales. Figuras contemporáneas como Gandhi o Mao, en uno u otro sentido, han transformado el mundo.

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