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The Vampire's Ghost

‘The Vampire’s Ghost’ (1945), una aventura colonial y terrorífica

Pedro Porcel nos invita a disfrutar de ‘The Vampire’s Ghost’, un ingenioso cruce entre el cine pulp de terror y las aventuras exóticas

No vaya a pensarse nadie que fuera de la Sacra Universal no hay vida en el cine de miedo: durante la década de los cuarenta pequeñas productoras como Republic o Monogram facturan algunas películas fantásticas, confeccionadas desde la pobreza y rozando las más de las veces la heterodoxia y no pocas, ay, la inoperancia.

No es el caso de esta que traemos hoy, modesta a no poder serlo más pero con abundantes puntos de interés para el curtido fan del género.

El África de mentiras

Es The vampire’s ghost acertada mezcla de dos géneros muy queridos: el de terror y el de aventuras en las junglas de a peseta. Cine pulp en estado puro, pues, y no es de extrañar: su argumento se debe a Leigh Brackett, autora de ciencia ficción pródiga en revistas clásicas como Planet Stories o Thrilling Wonder Stories y guionista de varios pesos pesados cinematográficos, de El sueño eterno (1946) a Río Bravo (1959) pasando por la mismísima El Imperio contraataca, durante cuyo rodaje falleció.

La dirección del todoterreno Lesley Selander, responsable de diez mil B-westerns entre los que se cuenta la serie de Hopalong Cassidy, redondea el agradable aroma a papel viejuno que el filme desprende.

«¡África… la tierra donde el vudú (sic) domina la noche… iluminada por una luna siempre mística…!», recita una voz en off al empezar el filme. El África de mentiras, ya la conocen, llena de salacots, bungalows, chozas, taparrabos, nativos supersticiosos y perpetuo retumbar de tambores. Un ambiente demasiado tropical para un vampiro, y, sin embargo, van a desfilar por ella muertos en serie, cadáveres sin sangre, magnetismo animal y toda la acostumbrada parafernalia, cura incluido, llamicoso, pesado, imbuido de santa intolerancia.

Un cocktail de géneros nacido de la necesidad

John Abbot, el vampiro heterodoxo, mentón huidizo y ojos de buey degollado, secundario en mil y un filmes, compone un excelente No Muerto al que su eterno aire de indiferencia, desvalimiento y completa falta de escrúpulos no hace sino favorecer.

Es dueño de un bar nocturno -adecuada profesión- en la que no falta la exótica orquesta; elegante y cortés como todos los de su especie, es también enamoradizo como está mandado. Gasta un cofrecillo de tierra en lugar de ataúd y sale a la luz del día con la sola protección de unas gafas de sol. En menos de una hora se consuma su destino después de casi quinientos años de existencia.

Un cocktail de géneros nacido de la necesidad de aprovechar escenarios y decorados ya construídos, que se salda con un aprobado alto, qué demonios: no podría ser menos con la predilección que por ambos mundos, el colonial y el vampírico, mantenemos en esta casa.

Realización hábil, mucho más de lo corriente en estos casos, un Abbot la mar de disfutable y una ausencia de pretensiones que hace perdonar su completa falta de atmósfera. Qué más puede pedir cualquier enamorado de las fantasías blanquinegras…

Copyright del artículo © Pedro Porcel. Tras publicarlo previamente en El Desván del Abuelito, lo edito ahora en este nuevo desván de la revista Cualia. Reservados todos los derechos.

Pedro Porcel

Historiador de mitografías urbanas, lleva más de cuatro décadas navegando por los extensos mares de la cultura de masas. Siempre sin salir de tales aguas, ha dirigido editoriales, colaborado en diversos medios de prensa, impartido conferencias y seminarios universitarios, comisariado exposiciones, ejercido de documentalista en programas televisivos y escrito libros, con el propósito de cartografiar el territorio infinito de la ficción popular.
Ha firmado en solitario libros como ‘Clásicos en Jauja’, premio Romano Calizzi al mejor estudio teórico, ‘Tragados por el abismo’, la historieta de aventuras en España que le valdría el XXXV Premio Diario de Avisos, o ‘Superhombres Ibéricos’. Coautor de 'Karpa' y de 'Historia del tebeo valenciano', sus colaboraciones se extienden a muchos otros títulos, entre ellos ‘Bolsilibro & Cinema Bis’, ‘La bestia en la pantalla: Aleister Crowley y el cine fantástico’, las antologías sobre el cine fantástico español, británico e italiano editadas por la revista 'Quatermass', o los libros publicados por Cinefanía Cine Pulp, Shock TV, Monstruos y Weird Western. Revistas heterodoxas como '2000 maníacos', la argentina 'Cineficción' o 'Mondo Brutto' son otros tantos lugares donde ha encontrado acomodo duradero y confortable. Durante más de seis años su refugio en la red ha sido la página 'El Desván del Abuelito'.
Biografía e imagen © Desfiladero Ediciones.