Cualia.es

El caballo de las retuertas, la raza equina más antigua de Europa

En el verano de 2007 saltó a los medios el hallazgo en Doñana de la raza de caballo más antigua de España. En el número 37 de la revista científica Animal Genetics, en 2006, aparecía un artículo titulado Saving feral horse population: does it really matter? A case study of wild horses from Doñana Nacional Park in southern Spain (¿Merece realmente la pena salvar una población de caballos asilvestrados? Estudio de los caballos salvajes del Parque Nacional de Doñana).

Por otra parte, en 2005 se había publicado el artículo The Retuertas horse: the ‘missing link’ in the Iberoamerican horse breeds origin? (El caballo de las Retuertas: ¿el “eslabón perdido” en el origen de las razas de caballos iberoamericanos?) como capítulo del libro Conservation Genetics of endangered horse breeds (Ed. I. Bodó, L. Alderson and B. Langlois. Wageningen, Wageningen Academic Publishers.  EAAP  Publication Nº 116).

En ambos trabajos se exponen los resultados de una serie de análisis genéticos realizados a los caballos que la Estación Biológica había mantenido, en completa libertad, en la finca llamada Reserva Biológica de Doñana, en la creencia de que pertenecían al tipo de los llamados “caballos de las retuertas”.

Aquel año, cuando la información contenida en aquellos artículos empezó a llegar a las redacciones de los medios de comunicación de masas, surgió un interés extraordinario por parte de la prensa y la televisión, que se tradujo en multitud de entrevistas a investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD), de la Universidad de Córdoba y del Servicio de Cría Caballar y Remonta, en visitas a la Reserva Biológica de Doñana, programas de televisión, fotografías, vídeos, etc., desde mitad del año 2006 en adelante.

En definitiva, empezó a llegar al gran público la noticia de que en Doñana existen unos caballos muy especiales. Ecuestre, la revista de divulgación sobre el caballo más leída de España, llegó a dedicarle la portada de su número de octubre de 2007.

Lo primero que llama la atención es el nombre. ¿Por qué se llaman caballos de las retuertas? ¿Qué son las retuertas?

Las retuertas son lugares, situados en la marisma, en la zona de contacto con las arenas de los “cotos”. En estos lugares, el agua que empapa la arena (que llegó allí con las lluvias del invierno) va escurriendo lentamente a lo largo del verano y permanece en la superficie de la marisma, debido a que el sustrato de esta es arcilloso y por tanto impermeable. Antiguamente, en los meses centrales del verano, las retuertas eran de los pocos enclaves con agua disponible para la fauna, y en ellas se concentraban los grandes mamíferos de Doñana: ciervos, gamos, jabalíes, vacas, caballos, etc. El nombre de caballos de las retuertas se debe, por tanto, a que se les veía por allí, un día tras otro, en esa época del año.

Estos caballos son rústicos, muy resistentes, de talla algo menor que el de Purasangre Español, capa predominantemente castaña y cabeza de perfil convexo (acarnerado). Se han utilizado tradicionalmente para realizar tareas ganaderas, de transporte y también para arrastrar en la marisma barcas de fondo plano, cargadas con alimentos o enseres, atadas a su cola.

Las condiciones en que debían trabajar y vivir estos animales eran de una dureza extrema, como corresponde a la marisma y los arenales.

En la marisma, cualquier actividad requiere, en invierno, recorrer grandes extensiones de terreno encharcado, chapoteando, con el agua por encima de la rodilla; y en verano, soportar temperaturas diurnas muy elevadas, sin un solo árbol donde guarecerse. Por otra parte, caminar en verano por la zona de dunas, con las pezuñas hundidas en la fina arena, requiere también una resistencia considerable.

Desde que el uso del caballo ha pasado a ser en estas tierras una actividad ligada al ocio y no al trabajo, los aficionados, siguiendo las modas, han ido buscando animales con capas más vistosas, mayores alzadas y porte más elegante. Todo ello ha propiciado que los caballos de las retuertas hayan ido progresivamente disminuyendo en número, hasta su casi total desaparición.

La Estación Biológica de Doñana ha mantenido una tropa de estos animales constituida actualmente por unos ochenta ejemplares que considera “puros”, además de otras sesenta hembras con diversa proporción de sangre de esta clase: hay yeguas que son 1/2, 3/4, 7/8 y 15/16 de las Retuertas, nacidas inicialmente de madres de raza española (las 1/2 de las Retuertas) y luego de otras con distintas proporciones de esta sangre, siempre cruzadas con sementales puros de las retuertas.

Dicho lo anterior, ¿qué motivó tanta expectación mediática sobre el caballo de las retuertas en publicaciones de gran impacto científico internacional? Evidentemente la extraordinaria novedad que supone el descubrimiento en Europa de un animal realmente singular, siendo tan poco probable que esto ocurra, y menos aún, tratándose de una especie tan estudiada, tan común y tan grande como un caballo.

El Laboratorio de Genética Molecular del Servicio de Cría Caballar y Remonta, que ha sido el de referencia para las razas de caballos en España, tomó muestras de sangre de cada animal para obtener su perfil genético y calcular distancias genéticas frente a otras razas españolas y extranjeras. Cuando se iniciaron los análisis, no se esperaban resultados espectaculares. Desde el punto de vista de la EBD, lo único que procedía era seguir manteniendo un buen stock de estos animales, ya que eran de por sí interesantes debido a su origen. Por supuesto, nunca se pensó que pudieran ser genéticamente muy distintos de otras razas.

Pero no fue así. Los resultados obtenidos indican que, a pesar de que este caballo se encuadra dentro del grupo de las razas españolas, tiene unas peculiaridades muy marcadas, que lo hacen realmente único y extraordinariamente interesante.

En primer lugar, el cálculo de las distancias genéticas lleva a la conclusión de que se trata de un animal singular, que no forma grupo con ninguna de las diez razas consideradas en el estudio (Español, Purasangre Inglés, Árabe, Marismeño, Asturcón, Losino, Potoca, Mallorquín, Menorquín y Trotón), de todas las cuales se encuentra muy alejado genéticamente.

Por otra parte, hay un programa informático que estudia la “ancestralidad”. Lo que en esencia hace este programa es ir agrupando, sucesivamente, uno a uno, los animales que tienen más probabilidad de pertenecer a una misma población ancestral, asignándole colores distintos.

Aplicando este programa a todos los ejemplares de las once razas consideradas (las diez anteriores más el Caballo de las Retuertas) y al asno, ocurre lo siguiente:

Cuando se le pide al programa que haga con esos animales dos grupos, según la probabilidad que tienen de pertenecer a una misma población ancestral, deja por un lado al asno y por otro a todos los caballos (como era de esperar), asignándole a cada grupo un color diferente.

Al pedírsele que haga tres grupos, se separan por un lado los individuos de las razas Árabe, Inglés, Trotador Español, Pura Raza Española y Marismeño, todos juntos, con un mismo color asignado, y por otro los de las razas de origen centroeuropeo (Asturcón, Losino, Potoca, Mallorquín y Menorquín), incluyéndose entre estos últimos los ejemplares analizados de Caballo de las Retuertas, también todos juntos y con otro color. El tercer grupo está, por supuesto, constituido por el asno, al que asigna un tercer color.

El siguiente paso (cuatro poblaciones ancestrales, de cuatro colores diferentes) deja ya a todos los ejemplares de Caballo de las Retuertas juntos, con una entidad propia, siendo pues los primeros que se individualizan, solos, como población ancestral. El asno sigue constituyendo un grupo propio, y las demás razas de caballos continúan en dos grupos, que se van separando progresivamente de la manera esperada, según se le va pidiendo al programa que vaya haciendo más grupos, según su “ancestralidad”, hasta llegar a once.

De todo lo dicho se desprende que el Caballo de las Retuertas podría ser el más antiguo de nuestro país, ocupando posiciones en el árbol filogenético muy alejadas del resto de razas.

A todo lo anterior hay que añadir que treinta y uno de los ejemplares analizados de caballo de las retuertas o cruzados eran portadores de un alelo del gen de la esterasa (el alelo m) completamente desconocido para la ciencia. Además, dieciséis de ellos, y buena parte de los que no lo tenían, poseían también otro alelo del mismo gen, que solo se ha encontrado en unos pocos, de los cientos de miles (quizá millones) de caballos tipificados en todo el mundo (el alelo L). Hay que señalar que la esterasa es un marcador genético empleado en pruebas de paternidad durante más de treinta años, y el gen correspondiente está muy estudiado y se conoce muy bien. Encontrar algo nuevo, o en una proporción claramente inusual, en este gen es algo realmente muy poco probable.

Estamos, por tanto, en presencia de una nueva (y muy singular) raza de caballo, originada en Doñana, que hay que definir con exactitud y tratar de mantener como una joya del patrimonio genético de de este espacio protegido.

Copyright © Juan Calderón. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Estación Biológica de Doñana (EBD). Publicado previamente en Cuadernos de Campo Doñana. Se edita en Cualia con su licencia original CC.