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Dee Wallace, la mamá invencible

Los que tuvimos la suerte de criarnos en la década de los 80 recordamos con candor a esta rubia actriz de Kansas, especializada en cine fantástico, casi siempre barato, que la convirtieron en una de las Reinas del Videoclub.

Gran parte de la carrera de Dee Wallace se ha desarrollado (y desarrolla) en la televisión. Ha aparecido en todas las series posibles, desde Las calles de San Francisco hasta Felicity, pasando por Hart y Hart o Lou Grant.

Debutó en la gran pantalla con The Stepford Wives, aquella película de ciencia ficción en la que los maridos de un pueblo se deshacían de sus mujeres y las reemplazaban por réplicas cibernéticas más dóciles. Dee Wallace tenía un pequeño papelito como chacha. Corría el año 1975.

Dos años después participó en la cult movie de Wes Craven Las colinas tienen ojos. Se trataba de una económica producción en la que una familia se veía atrapada en el desierto y era acosada por una familia de caníbales (no había motosierras). En esta ocasión, Dee Wallace era la hija mayor de la familia acosada, y una de las víctimas de los degenerados en esta polvorienta y setentera menudencia.

Poco después, nuestra heroína tuvo ocasión de trabajar en una película que en su época fue un bombazo comercial. Se trata de 10 (La Mujer Perfecta), de Blake Edwards. En este film coincidía con Bo Derek, fugaz mito erótico que ha pasado a un merecido olvido.

Wallace consiguió por fin protagonismo en la estupenda Aullidos, de Joe Dante. Esta película propició una interminable serie de horribles secuelas, y revolucionó el subgénero de hombres-lobo junto a otros films contemporáneos como Un hombre lobo americano en Londres o En compañía de lobos. En AullidosDee Wallace interpretaba a una periodista acosada por recuerdos y licántropos protagonizando una mítica escena final, en la que se convertía en mujer lobo delante de las cámaras de TV durante una transmisión en directo.

Al año siguiente llegó el papel por el que sería recordada para la posteridad: una madre separada, inmadura y uno de los pocos adultos a los que se les ve la cara en E.T., la obra maestra de Steven Spielberg, y posiblemente una de las mejores películas de la historia.

Dee Wallace bordaba el papel de madre enfrentada a una insólita situación. De hecho, lo hizo tan bien que prácticamente se encasilló en ese tipo de papel. Hay que decir que el verla enfundada en el traje de mujer-gata supuso para toda una generación uno de los primeros encuentros con el mundo del erotismo.

Después de encontrarse con el tierno alienígena de Spielberg, la actriz se las tuvo que ver con un bicho menos simpático en Cujo. Basada en la famosa novela de Stephen King, la película narraba el acoso que sufren una madre (pelín adúltera) y su hijo por parte de un perro San Bernardo afectado de rabia. Se trataba de una historia sumamente angustiosa, en la que Dee tuvo ocasión de exponer todo su catálogo de lloros, gritos e histerismos.

Estamos a mediados de los 80, época dorada del cine teen, del que puede ser un ejemplo estereotípico Admiradora secretaDee Wallace hacía de mamá (obviamente) de C. Thomas Howell, que también aparecía en E.T.

La actriz fue de nuevo madre en contacto con extraterrestres en Critters, aquel hit de video-club que surgió aprovechando el éxito de Gremlins, al igual que surgieron los Ghoulies o los Munchies.

Los Critters eran unas bolas de pelo del espacio exterior con mucha hambre y muy mala leche, contra los que nuestra mamá preferida se enfrentaba para defender su granja. Como en Señales pero incluyendo cazarrecompensas del espacio exterior, ahí es ná.

No hay que añadir que Critters propició toda una serie en la que se daría a conocer, títulos más tarde, el mismísimo Leo diCaprio.

El último papel admirable para el freak del género fantástico (de momento) le llegó de manos de Peter Jackson en The Frighteners (cuyo título español me niego a reproducir aquí). En este film, el primero con colaboración norteamericana del director neozelandés, Dee tenía ocasión de sobreactuar como nunca con un papel que evolucionaba desde una aterrorizada mujer controlada por su madre (al más puro estilo Carrie) hasta una psicópata de instintos asesinos exacerbados.

Dee Wallace Stone se ha convertido en un icono representativo de un tipo de cine con el que muchos comenzamos a apreciar el séptimo arte. Nos hallamos ante una actriz sumamente trabajadora, aunque sea en películas infames como Alligator II o La Mamá Invisible (I y II). Sirva este pequeño escrito para que conste nuestro afecto por la mamá más guay del vecindario.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).

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