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«Cry Macho» (2021): Clint Eastwood, nonagenario

Alcanzados los noventa años, Clint parece insaciable de sí mismo y así se vuelve a mostrar en Cry Macho. La crítica no se ha entusiasmado con esta tardía entrega. Desde luego, no es una de sus grandes obras como Sin perdón y Gran Torino. Tiene quizá demasiadas facilidades, un sentimentalismo ligero y un sentido de la aventura en exceso previsible. No obstante, Clint sigue siendo un buen narrador. Su cuento fluye, previsible pero señero, hay eficacia en los efectos y episodios bien diseñados. La historia de un viejo que se ha quedado solo y construye una familia con los restos de dos desestructuradas, se cumple.

Clint nunca ha sido gran cosa como actor. Más bien, no ha sido un actor sino un personaje que se ha apoderado de él y lo ha puesto a su servicio. Con cierta sabiduría ha conseguido salir adelante y edificar una obra de marcada personalidad. Con ella se ha inscrito en una fuerte tradición del cine norteamericano, la que rescata una suerte de justiciero informal, ajeno a las instituciones de la justicia oficial pero, como casi todo en los Estados Unidos, permeado por una fe providencialista. Confiamos en Dios y Él se ha enterado y nos retribuye.

En esta película, como en tantas otras suyas, hay una reminiscencia de la novela de caballerías medieval recogida en coplas anónimas. En efecto, al igual que en aquélla, el personaje es un solitario sin rumbo fijo en un ambiente que no es el suyo, pero en el cual acaba haciéndose un nicho, un nido. Se entrega a la deriva dotado de una confianza inconsciente en la deriva misma, donde la Providencia ha dejado signos ocultos que su andar, su acción y su intuición conseguirán descifrar. Se le presentan obstáculos y  coadyuvantes. Los primeros le ofrecen pruebas a su potencia, que deberán superar con esfuerzo. Los segundos son las apariciones oportunas que, con consejos o con herramientas propicias, o con ambos, hacen de su vagabundeo un camino. Al final, sale premiado, sea con su triunfo objetivo o entregándose a un heroico sacrificio, de esos que cimentan la fama de los paladines y los santos.

Hay en estas historias un sentido inmanente del bien y la justicia que envuelve a las formalidades sociales que legislan, precisamente, sobre el bien y la justicia. No hay un conflicto con el orden sino un desorden a rectificar y corregir que los agentes oficiales del asunto no son capaces de restaurar. A menudo, un modesto policía pueblerino, afecto al whisky y a los naipes, acaba rematando una faena que los agentes federales asumen y en la cual yerran. No hace falta Superman, venido de un planeta fabuloso y dotado de fuerzas sobrehumanas. Es un vecino mal vestido y mal afeitado pero que cuenta con el soporte de un benévolo fatum. Clint Eastwood, por ejemplo. En este caso, el premio consuelo es una mexicana madura y apetecible, la más secreta y elocuente recompensa providencial.

Sinopsis

La película está protagonizada por Clint Eastwood como Mike Milo, una vez estrella del rodeo y criador de caballos abandonado que, en 1979, acepta el trabajo de un exjefe para traer al hijo pequeño del hombre a casa desde México. Obligados a tomar las carreteras secundarias en su camino a Texas, la improbable pareja se enfrenta a un viaje inesperadamente desafiante, durante el cual el jinete cansado del mundo encuentra conexiones inesperadas y su propio sentido de redención.

Copyright del artículo © Blas Matamoro. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Malpaso Productions, Albert S. Ruddy Productions, Daniel Grodnik Productions, QED International, Warner Bros., HBO Max. Reservados todos los derechos.

Blas Matamoro

Ensayista, crítico literario y musical, traductor y novelista. Nació en Buenos Aires y reside en Madrid desde 1976. Ha sido corresponsal de "La Opinión" y "La Razón" (Buenos Aires), "Cuadernos Noventa" (Barcelona) y "Vuelta" (México, bajo la dirección de Octavio Paz). Dirigió la revista "Cuadernos Hispanoamericanos" entre 1996 y 2007, y entre otros muchos libros, es autor de "La ciudad del tango; tango histórico y sociedad" (1969), "Genio y figura de Victoria Ocampo" (1986), "Por el camino de Proust" (1988), "Puesto fronterizo" (2003), Novela familiar: el universo privado del escritor (Premio Málaga de Ensayo, 2010) y Cuerpo y poder. Variaciones sobre las imposturas reales (2012)
En 2010 recibió el Premio ABC Cultural & Ámbito Cultural. En 2018 fue galardonado con el Premio Literario de la Academia Argentina de Letras a la Mejor Obra de Ensayo del trienio 2015-2017, por "Con ritmo de tango. Un diccionario personal de la Argentina". (Fotografía publicada por cortesía de "Scherzo")