Vicente DíazCasi todo fan veterano de Stephen King, o incluso el no tan fan, tiene en su biblioteca un viejo ejemplar de El umbral de la noche, libro en el que se recopilaban algunos de los primeros relatos del autor. El libro, publicado por primera vez en Estados Unidos en 1978 con el título de Night Shift , reunía un buen puñado de historias publicadas en diversas revistas entre 1968 y 1977, aunque también incluía relatos inéditos. Por entonces, King ya había alcanzado la fama gracias a novelas imprescindibles como Carrie (1974), Salem’s Lot (1975) o El resplandor (1977), que generarían inolvidables adaptaciones al cine y la televisión.
El umbral de la noche también acabaría siendo una máquina de fabricar películas, ya que varios de sus relatos se transformarían en películas de mayor o menor calidad (La rebelión de las máquinas, Los ojos del gato, Graveyard Shift, El cortador de césped...) , e incluso en franquicias (Los chicos del maíz, The Mangler. A veces vuelven…). Le toca el turno ahora a The Boogeyman, adaptación del relato traducido en España como El coco, uno de los más celebrados de la antología.
En aquella historia, que vio la luz en la revista Cavalier (marzo de 1970), ya se adivinaban temas que King desarrollaría en futuros éxitos como El resplandor (la mala paternidad y sus consecuencias psicológicas/sobrenaturales) o It (la manifestación letal en este plano de los terrores infantiles). La confesión de un tipo deplorable durante una sesión de terapia iba revelando una trágica e inquietante historia en la que sus hijos iban muriendo «accidentalmente» uno tras otro, haciéndonos dudar de si el tipejo (machista, racista, amargado…) era culpable de parricidio o las tragedias, según él indicaba, se debían a la intervención del coco que vive en el armario de todos los niños.
El relato le debía mucho a las cómics de terror de Tales from the Crypt, y de hecho King mencionaba la legendaria publicación en boca del protagonista, incluyendo un final teñido de humor negro. Que el protagonista ‒y prácticamente narrador‒ de El coco fuera un energúmeno era, en realidad, la principal causa de inquietud del relato, ya que King nos hacía meternos en su piel aunque no quisiéramos. ¿Una confesión de los terrores del joven autor ante una vida familiar y una precariedad que le asfixiaban? Posiblemente sí.
El relato, lleno de posiblidades narrativas, cae en manos de Rob Savage (Host, Dashcam), unas manos más bien torpes, lo cual provoca que se le resbale y caiga en el contenedor de las películas de terror del montón. Un manido drama sobre el duelo sirve de excusa para una sucesión de lugares comunes, sustos predecibles y molestos golpes de sonido con la aparición de un monstruo estándar del que lo mejor que se puede decir es que tiene una boca interesante.
The Boogeyman es una de esas películas en las que uno termina pensando en sus propios asuntos mientras la ve y que ya se ha olvidado al día siguiente. Material de relleno para la plataforma ratonil y poco más, aparte de una oportunidad desaprovechada.
Sinopsis
Sadie (Sophie Thatcher), de 16 años, y Sawyer (Vivien Lyra Blair), su hermana de 10 años, intentan recuperarse de la reciente y trágica muerte de su madre. Su padre, Will Harper (Chris Messina), intenta hacer todo lo que puede por sus hijas, pero no logra conectar con ellas en el plano emocional y psicológico. Es un terapeuta de éxito que trabaja en casa, pero su incapacidad para comunicar con ellas y hablar sobre la devastadora pérdida de su madre está desgarrando aún más a una familia que ya estaba fracturada.
Un misterioso nuevo paciente, Lester Billings (David Dastmalchian), aparece inesperadamente en su casa. Está desesperado por hablar de su dolor por la muerte de sus hijos y deja tras de sí una presencia maligna que habita en las sombras y que se alimenta del sufrimiento de sus víctimas. Sadie y Sawyer van a vivir una serie de acontecimientos aterradores como resultado de la aparición de una entidad sobrenatural en su hogar y la incapacidad de Will para creer a las chicas amenaza con destruir la familia de una vez por todas.
Hace siglos que existe el Boogeyman (El coco), una leyenda universal que infunde miedo tanto en niños como en adultos. Pero antes de la película, “The Boogeyman” ya había empezado a aterrorizar a muchas mentes jóvenes e impresionables que leyeron el relato de Stephen King. Todos, desde los guionistas y los jefes del departamento creativo hasta los productores y el director, citan la enorme influencia que tuvo este relato cuando lo leyeron de niños.
“The Boogeyman” se publicó por primera vez en la revista Cavalier en 1973. Después se incluyó en el libro de relatos de King, El umbral de la noche, que se publicó en 1978. Su interpretación de la criatura escondida en el armario se convirtió en un modelo para el desarrollo del género.
“Yo era uno de esos niños a los que les encantaba asustarse”, reconoce el productor Dan Levine. “Mis padres tenían un ejemplar de El umbral de la noche en la estantería de casa y lo leí demasiado joven. ‘The Boogeyman’ fue una de las lecturas más impactantes y traumáticas de mi vida. Hizo que me dieran miedo los armarios, no solo un par de días o semanas después de leerlo, sino años”.
“Nos fascina hacer todo tipo de narraciones y nos encanta cuando una gran idea va de la mano del factor humano”, dice el productor Shawn Levy. “Y esta historia, la del propio maestro, es una narración muy rica en los temas que aborda y en los acontecimientos que suceden. Y por eso nos resultó tan atractivo”.
El director Rob Savage, que dirigió los premiados cortometrajes «Salt» y «Dawn of the Deaf», además de la película Host que narra unas aterradoras experiencias sobrenaturales durante el confinamiento, recuerda haber leído las novelas de King cuando era niño y quedarse despierto toda la noche. “Sus cuentos siempre me impactaron”, dice el director. “Las historias más aterradoras de King se basan en esa idea pérfida que te ronda por la cabeza al amanecer. Y ‘The Boogeyman’ es una de esas historias. Saca partido a ese temor existencial que te hace creer que la persona que está ahí para ayudarte podría volverse contra ti. Me identifiqué muchísimo con ese tipo de oscuridad sigilosa que está justo debajo de la superficie”.
Copyright el artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © 21 Laps Entertainment, 20th Century Fox. Reservados todos los derechos.
