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Crítica: «La excepción a la regla» («Rules Don’t Apply», Warren Beatty, 2016)

Warren Beatty, esa especie de Guadiana cinematográfico que desaparece durante largas temporadas y vuelve a asomarse en Hollywood con algún proyecto inesperado, se pone de nuevo a ambos lados de la cámara (encargándose también del guión) con este inclasificable drama (¿cómico?) que transcurre en la órbita laboral del extravagante magnate-ingeniero-piloto-chalado Howard Hughes, papel que se reserva el propio Beatty.

A pesar de ser un papel-bombón que el protagonista de Bonnie y Clyde degusta sin vergüenza alguna y sin miedo al exceso, lo cierto es que Hughes es un personaje secundario en este film, o más bien, comienza siendo secundario, ya que va quitando progresivamente el protagonismo a los dos jóvenes personajes que, en principio, son los héroes de la historia: un ambicioso chófer y una aspirante a actriz y cantante, ambos a sueldo del multimillonario, a quien nunca han visto y a quien consideran como una especie de dios viviente.

Los dos jóvenes, destinados a amarse, se definen no sólo por sus aspiraciones, sino también por la represión sexual a la que están sometidos por diversas causas, principalmente religiosas y profesionales.

Salvando kilométricas distancias, el viaje de la virginal muchacha interpretada por Lily Collins, inmersa en el pecador mundo hollywoodiense, podría recordar la pesadillesca The Neon Demon (Nicolas Winding Refn, 2016), aunque en el caso de la película de Beatty, el romance y las decepciones de la protagonista son aptos para todos los públicos y sensibilidades.

El encanto ingenuo de Lily Collins no es el único acierto dentro de una astuta selección de actores, que incluye al versátil Alden Ehrenreich como chófer lleno de energía contenida. En realidad, el elenco es todo un desfile de veteranos: Matthew BroderickCandice Bergen (Murphy Brown), Annette Bening (obviamente), Martin SheenEd HarrisAlec BaldwinOliver Platt o Paul Sorvino, entre otros. Algunos intervienen en poco más que cameos, pero ahí están.

Además de un argumento que va tomando rumbos algo caprichosos, el film tiene el lastre de volver a retratar un personaje al que ya hemos visto en otras ocasiones. Sin duda, Howard Hughes es más interesante que Steve Jobs, cuya tediosa vida nos ha sido contada en un par de películas, pero también es cierto que todavía tenemos relativamente reciente El aviador (Martin Scorsese, 2004) y las comparaciones son inevitables. En todo caso, La excepción a la regla es, fundamentalmente, un film destinado a los fans de Beatty y a los fetichistas de los últimos días del Hollywood más glamouroso.

Sinopsis

Una aspirante y joven actriz (Lily Collins) y su ambicioso y joven chófer (Alden Ehrenreich) luchan con esperanza bajo las absurdas excentricidades del feroz e impredecible millonario Howard Hughes (Warren Beatty), el hombre para el que trabajan.

Hollywood, 1958. Marla Mabrey (Collins), una compositora, devota baptista y reina de la belleza de su pequeña ciudad, llega a Los Ángeles para trabajar para el infame Howard Hughes (Beatty). En el aeropuerto, conoce a su chófer, Frank Forbes (Ehrenreich), un metodista de profundas creencias religiosas, que está comprometido con su amor del instituto.

Su atracción instantánea no sólo pone a prueba sus creencias religiosas, sino que desafía la regla número 1 de Hughes: está prohibido que sus empleados mantengan cualquier tipo de relación con las actrices que trabajan para él. El comportamiento de Hughes se cruza con Marla y Frank de modos muy distintos e inesperados. A medida que van entrando en ese mundo extraño, sus valores se ven cuestionados y sus vidas cambian por completo.

La inusual comedia ofrece una ventana al surrealista reino de Howard Hughes, el multimillonario magnate del cine, afamado aviador y legendario excéntrico, que fue tanto una autoridad reguladora para muchas jóvenes estrellas como un infractor de las reglas que desafió las costumbres sociales y los códigos morales restrictivos de la industria. Los elementos de la vida real de Hughes se entrelazan en una historia cómica ficticia, que explora el panorama cambiante de las mujeres, el significado del amor y el poder transformador de la redención y la familia.

En 1958 Hollywood estaba en la cúspide del cambio. Los principales estudios estaban empezando a ver el declive del poder global cuando las compañías independientes dirigidas por artistas empezaron a surgir. Al mismo tiempo, el cerrado sistema de estudios, que mantenía a sus cuidadosamente refinados ídolos con contratos herméticos, pronto llegaría a su fin. Y las películas populares de entonces empezarían pronto a dejar de reflejar los valores conservadores de los años 50 para dar paso a las agitadas revoluciones sexuales, políticas y sociales de los 60.

1958 también fue el año en el que un joven Warren Beatty empezó su carrera. Criado en Virginia en el seno de una familia baptista, llegó a Hollywood en 1958 y debutó en el cine en 1961 con Natalie Wood en la película de Elia Kazan Esplendor en la hierba, la historia de las consecuencias de la represión sexual de dos jóvenes enamorados. La película fue el presagio de una nueva era en el cine, que cuestiona todas las reglas sociales: el amor, la familia, la industria, la religión, la guerra y la política hasta llegar a lo que hace que una vida tenga sentido.

Beatty se convirtió en uno de los principales directores de cine de Estados Unidos ganadores de un Oscar. Ha sido nominado a 14 premios Oscar y ganó el Thalberg Award, entre muchos otros premios. «En las películas de Warren siempre hay un sentido melancólico mezclado con un toque de humor, sin importar el tema sobre el que escriba», apunta su mujer y dos veces protagonista de una película suya, Annette Bening. «Da igual que haga una película sobre Hollywood, política o costumbres sociales».

Bonnie & Clyde (1967) usó las hazañas de los forajidos de la época de la Depresión para explorar la creación de rebeldes antihéroes, y es considerada una de las primeras películas de la época del Nuevo Hollywood. Shampoo (1975) muestra una visión de la atmósfera durante la elección de Nixon en 1968 a través de las correrías de un peluquero de Beverly Hills y sus clientes adinerados. El cielo puede esperar (1978), adaptación del clásico de 1941 El difunto protesta, es una comedia que trata no sólo del amor, el fútbol y los errores celestiales, sino también sobre la creciente corporatización de finales de los 70 en Estados Unidos.

Rojos (1981) cuenta la historia real del periodista John Reed durante la Revolución rusa, el romance que mantuvo y su participación en el ascenso de la izquierda en Estados Unidos. Dick Tracy (1990) redefinió el género de los cómics al dar vida al famoso detective. Bugsy (1991), la historia real del gánster que creó Las Vegas, reveló las contradicciones internas del gran estafador americano. La profética Bulworth (1998) convirtió la campaña política de 1996 en la historia de un franco senador americano que se convierte en una sensación popular en un marco satírico en temas de globalización, raza, medios de comunicación y el coste del sistema político roto.

Después de tomarse un descanso para formar una familia, Beatty regresa con La excepción a la regla, una película que ha tenido en lo más profundo de su mente durante muchos años, que refleja la propia educación de Beatty y su llegada a Hollywood en una época de cambio social.

Beatty admite haber pasado grandes momentos con Hughes: «Podía hacer lo que quisiera, pero había un cierto nivel de puritanismo que nunca llegó a alcanzar». Pero ideó una historia que utilizó el misterio y el impacto de Hughes a la vez que evitaba contar la vida del magnate. «No escribí una película biográfica de Howard Hughes en absoluto», explica Beatty. «Es más una historia de amor entre dos jóvenes de 1958 que trabajan para Hughes; una historia de amor que explora las consecuencias, a veces cómicas y a veces tristes, del puritanismo americano de finales de los 50 y principios de los 60, cuando yo llegué a Hollywood».

Beatty comenta: «La historia del propio Howard Hughes tiene una inevitable trayectoria descendente. A mí me interesaba más contar la historia de dos personas que, como yo mismo, llegaron a Hollywood en la época de Hughes y se enamoraron cuando las reglas jugaban en su contra».

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Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).