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Crítica: «La bestia» («Beast», 2022)

Aunque el plato fuerte de La bestia es un león devorador de hombres, esta excelente película de Baltasar Kormákur proporciona bastante información sobre la caza furtiva de estos felinos, masacrados para luego exportar sus huesos al mercado asiático, donde se convierten en un preciado (e inútil) ingrediente de la medicina tradicional china. Ya la adelanto que este último dato se omite en el film, imagino que con miras a la comercialización de la película en el circuito oriental.

En todo caso, las escenas en las que se denuncia el furtivismo son importantes para atenuar los prejuicios del público más sensible. Si aun así alguien se queja, yo le recordaría que incluso una producción tan conservacionista como Nacida libre (1966), de James Hill, comenzaba con el ataque de uno de esos leones que, por razones que sería largo explicar, acaban eligiendo al ser humano como una presa apetecible.

Con La bestia, recuperamos un tema frecuentado por el cine y la literatura. Quizá el ejemplo más notorio sea la mítica historia de los leones de Tsavo, responsables de decenas de muertes en 1898. Esta tragedia fue inmortalizada en un libro por el ingeniero John Henry Patterson (1867-1947), y a su vez, la obra de Patterson dio lugar a varias películas que se tomaron bastantes libertades a la hora de traducirla a imágenes: Men Against the Sun (1952), Bwana Devil (1952), Los asesinos del Kilimanjaro (Killers of Kilimanjaro, 1959) y Los demonios de la noche (The Ghost and the Darkness, 1996).

En contra de lo que se ha sugerido en algunos medios, La bestia no tiene nada que ver con el libro de Patterson, pese a que aparezca en la película una criatura con las mismas características. Si tuviera que encontrarle un paralelismo, más bien me inclinaría por Cujo, la novela de Stephen King llevada al cine en 1983 por Lewis Teague.

Apoyado en un estilo clásico y sin artificios, Kormákur elabora un thriller de supervivencia contemporáneo en el que básicamente intervienen cinco personajes. Un viudo, el doctor Nate Samuel (Idris Elba), regresa a Suráfrica para honrar la memoria de su esposa, y sobre todo, para estrechar lazos con sus dos hijas, Meredith (Iyana Halley) y Norah (Leah Sava). Su anfitrón es un viejo amigo de la familia, el biólogo Martin Battles (Sharlto Copley), encargado de coordinar al equipo de una reserva. Casi es innecesario añadir que el quinto protagonista es el león, un depredador monstruoso, con unas motivaciones que oscilan entre el hambre, el ensañamiento y la venganza.

La fotografía de Philippe Rousselot y las decisiones narrativas de Baltasar Kormákur ‒tomas largas, encuadres amplios‒ embellecen esta peligrosa aventura donde el héroe, Idris Elba, debe adaptarse a un microcosmos amenazador, inmersivo, potencialmente mortal… casi antediluviano.

Con La bestia uno rememora cada ingrediente del subgénero de películas que los anglosajones llaman natural horror. Aquí la naturaleza se transforma ‒por así decirlo‒ en un lugar donde más vale no pasar la noche. Por su instinto y potencia física, el león que ataca a la familia de Idris Elba podría ser un dinosaurio, un cocodrilo gigante o un tiburón blanco, y la historia no variaría en lo más mínimo. Por eso es tan notable que Kormákur utilice todas sus herramientas a su disposición para alejar cualquier asomo de rutina, dosificar bien el suspense e inyectar vida en cada escena, dejando que los personajes respiren y que nuestra simpatía por ellos vaya creciendo.

La presencia indeseable del león, camuflada en un entorno hostil, invade la pantalla con una personalidad propia, en parte gracias a unos estupendos efectos visuales de la empresa británica Framestore, que proporcionan realismo a todas las criaturas que aparecen en el film.

El acoso del animal a sus presas humanas empieza siendo muy desigual, pero como suele suceder en este tipo de cintas, ya verán que sus atributos ‒sobre todo, la astucia‒ se ven compensadas por la valentía del protagonista, un padre que hará lo posible y lo imposible por proteger a sus dos hijas.

Sinopsis

A veces, lo que se mueve entre los arbustos es realmente un monstruo. Idris Elba (Fast & Furious: Hobbs & Shaw, El Escuadrón Suicida) protagoniza La bestia, un thriller sobre un padre y sus dos hijas adolescentes perseguidos por un imponente león solitario decidido a demostrar que en la sabana solo hay un rey depredador.

Elba interpreta al Dr. Nate Daniels, un hombre recién enviudado que decide realizar un viaje planeado tiempo atrás y regresar con sus hijas a Sudáfrica, el país donde conoció a su esposa, para visitar una reserva gestionada por Martin Battles (Sharlto Copley, de la serie Muñeca rusa y Maléfica), biólogo experto en fauna salvaje y viejo amigo de la familia. Pero lo que comienza siendo una experiencia para sanar heridas se convierte en una aterradora lucha por la supervivencia cuando comienza a acecharlos un león que, tras escapar de unos sangrientos cazadores furtivos, ahora ve a todos los humanos como enemigos.

La bestia se rodó enteramente en Sudáfrica. No se utilizaron leones reales para la fotografía principal de la película. Para crear el principal león se utilizaron efectos visuales de vanguardia, con técnicas nunca antes empleadas.

Las historias de humano contra bestia son primarias, apasionantes e indelebles. Los mitos griegos de Teseo contra el Minotauro, Perseo contra Medusa, novelas tan míticas como Moby Dick y 20.000 leguas de viaje submarino y, por supuesto, películas como Tiburón, King Kong, Anaconda, Jurassic Park y la historia de Stephen King Cujo. Por eso, cuando la productora ejecutiva Jaime Primak Sullivan llamó al productor de supertaquillazos Will Packer con la idea de hacer «Cujo con un león», Packer se dejó conquistar de inmediato. «Me pareció una idea fascinante», confiesa Will Packer. «Tuvimos que pensar cómo iba a ser la historia, quiénes serían los personajes y cómo hacer que todo funcionase en conjunto, pero la idea del león y del thriller de supervivencia me gustó muchísimo».

Para crear los personajes y la narrativa en torno a la fascinante premisa de Primak Sullivan, Packer y el productor James Lopez recurrieron al guionista Ryan Engle, con quien ya se había asociado en 2018 para el exitoso thriller Asalto en la noche. El guion evolucionó hasta convertirse en la trepidante y peligrosa historia de un padre que lucha por proteger a su familia. «La bestia es una película sobre un padre que se encuentra en una situación delicada con sus hijas, emocionalmente hablando», dice Packer. «Trata de una familia que ya estaba en peligro antes de llegar al continente africano. Son un padre y sus dos hijas atravesando una fase de transformación tras la muerte de la madre a causa de un cáncer. Tienes a una familia rota de dolor que está pasando por algo inimaginable, y esta improbable combinación de circunstancias es lo que la pone en la senda de este león. Ahora, corren un peligro mortal y deben luchar por sus vidas».

Durante el proceso de desarrollo del guion, también descubren las batallas a vida o muerte que deben afrontar los leones ante los cazadores furtivos y esa narrativa se integra en el desarrollo de todo. «En el frente humano, piensas en esa gente atrapada en una situación imposible, luchando por su vida, haciendo todo lo posible por sobrevivir a esta amenaza», explica Packer. «Pero también examinamos el instinto de supervivencia del león. Cuando los cazadores obligan a los leones alfa a separarse de su familia matando a otros miembros de su manada, crean estos leones solitarios. Esta película trata de analizar lo que ocurre cuando uno de estos leones descubre quién es de verdad el enemigo: los propios humanos».

Packer y Lopez querían dar con un director capaz de rodar escenas peligrosas, pero que también pudiera capturar la compleja y profunda subtrama emotiva de la historia, y así fue como decidieron proponerle el proyecto al aclamado cineasta islandés Baltasar Kormákur. Kormákur respondió tanto a la premisa de la película como a lo que prometía. De hecho, sintió que era la película que había querido hacer desde niño. «Me apasionan los animales», nos cuenta Kormákur. «Me gusta montar a caballo por la naturaleza. De niño, muchas veces recortaba fotos de leones en África. Cuando le hablé a mi madre de La bestia, sacó un viejo cuaderno de recortes y me dijo: “Este podría ser el motivo por el que vas a hacer esa película”».

Los cineastas también decidieron rodar la película en Sudáfrica, en entornos reales, para anclar la acción a la realidad y que el terror se hiciese casi insoportablemente real. «Baltasar hizo un trabajo extraordinario creando una energía única en torno a esta película», dice Packer. «Queríamos mostrar a una familia en peligro y tomamos una decisión muy consciente rodando en plena naturaleza en Sudáfrica. Aquí no hay pantallas verdes de croma. No hemos rodado en un set en una ciudad de Estados Unidos. Baltasar quería rodar en el entorno real para poder realizar planos amplios que te hicieran sentir como si estuvieras allí».

Además, Kormákur tenía como objetivo sumergir a los espectadores en la experiencia de la película para que nos sintiéramos tan atrapados y aterrados como los personajes que estamos viendo en pantalla. «El león siempre lo vemos desde la perspectiva de los personajes», dice Kormákur. «Sientes que siempre anda al acecho. No hay respiro. No hay forma de quitárselo de encima. Tenía claro que quería grabar así todas las grandes escenas de acción. Eso aumenta el suspense y la emoción de estar atrapado en esa situación».

El indómito león de La bestia es enorme, con un cuerpo tan largo como un automóvil, y unas garras del diámetro de un balón de fútbol. Es la criatura más majestuosa de la sabana, y también la más letal. El león se ha creado usando la última tecnología en creación de imágenes, y supuso un gran reto a la hora de diseñarlo y rodar. Durante el rodaje, los actores y cineastas necesitaban, como referencia visual, una representación física del león. «La mayor parte del tiempo tuvimos a un especialista alto y grande vestido con una camisa gris, que debía hacer una coreografía para darnos lo que necesitábamos», cuenta el director Baltasar Kormákur. «Llevaba puesto un gorro grande, del tamaño de la cabeza del león. Eso nos daba una referencia de lo que el león podía y no podía hacer. Luego rodábamos sin él para tener una toma limpia. Lo cual es aún más raro porque estás haciendo una escena sin león, pero debes reaccionar como si lo hubiera».

Con todo, a Kormákur le encantó la experiencia. «Aprendí cosas nuevas», afirma. «Trabajé con Enrik Pavdeja (Jurassic World: El reino caído), que es un supervisor de efectos visuales fantástico, y con el equipo de animadores de Framestore. Primero durante el rodaje y después durante casi un año en postproducción».

Todos los implicados en el rodaje pasaron mucho tiempo estudiando cómo sería estar frente a un león de verdad, especialmente cuando atacara. «Como referencia, Baltasar y yo hablamos del enorme león del Atlas, que está casi extinto», dice Idris Elba. «Cuando ese animal golpea el coche, sientes que el vehículo se mueve. Este no es un león cualquiera, es gigantesco. Es como un coche chocando con otro. Le dedicamos mucho tiempo dándole al espectador referencias del tamaño y la fuerza del león. Además, es un depredador increíblemente listo y calculador».

La bestia se ha rodado en Sudáfrica: en Ciudad del Cabo y en las provincias de Limpopo y Cabo del Norte. «Estamos orgullosos de haber podido llevar una producción de este tamaño a esta región», dice el productor James Lopez. «Hemos sido testigos directos del impacto que un rodaje como este puede tener en la gente de la zona. La historia transcurre en una reserva de caza, y cuando estudiamos diferentes lugares para rodar, Sudáfrica estaba la primera de la lista. La industria del cine de Sudáfrica es fuerte. Al aterrizar aquí, explorar la región y comprobar lo que la comunidad cinematográfica sudafricana podía ofrecernos, supimos que habíamos tomado la decisión correcta».

La caza furtiva de animales salvajes en los parques nacionales protegidos de Sudáfrica y otros lugares es un problema que no cesa.

Según el Departamento sudafricano de Bosques, Pesca y Medio Ambiente (DFFE, por sus siglas en inglés), en 2019 hubo más de 2014 actos de caza ilegal. Ese número descendió hasta 1573 en 2020, en parte gracias a las restricciones de movilidad que los cazadores furtivos sufrieron por la pandemia.

Los huesos, garras y dientes de león se venden con frecuencia como si fueran de tigre en partes de Asia, y son un negocio muy lucrativo para los furtivos.

En 2019 todavía era legal criar leones en cautividad y sacrificarlos, o usarlos para partidas de «caza legal», en las que los turistas pueden abatirlos por deporte.

Hace un siglo vivían más de 200 000 leones en África. Hoy son menos de 20 000, un descenso de más del 90%.

Los leones están extintos en 26 países africanos y han desaparecido del 95% de su hábitat natural.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © RVK Studios, Will Packer Productions, Universal Pictures. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.