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Crítica: «G.I. Joe: La venganza» (Jon M. Chu, 2013)

Jon M. Chu, el director del seudomusical Step Up 3D (2010) y del publirreportaje Justin Bieber: Never Say Never(2011), nos endosa esta secuela de G.I. Joe (2009) en la que, salvo dos escenas bastante espectaculares, todo lo demás resulta prescindible.

Insisto en ello: hay un par de momentos de la cinta en la que la acción es vibrante y el precio de la entrada adquiere algún sentido. A eso se limita este ruidoso armatoste producido por Lorenzo di Bonaventura e inspirado en la conocida línea de juguetes de Hasbro.

No me atribuyan un exceso de seriedad. Carezco de ella cuando se trata de disfrutar del cine de acción. Sin embargo, a la hora de opinar de una película de este carácter, suelo distinguir entre los largometrajes que uno puede recomendar sin reservas –SkyfallLos Vengadores…–, las películas fabricadas para entretener –Hansel y Gretel– y bobadas de una entidad tan nimia como ésta que dirige Chu, un profesional que quizá merece mejores oportunidades si tenemos en cuenta que fue descubierto en la USC por el propio Steven Spielberg.

¡Qué derroche de energía! Tantos medios, tantos efectos especiales, tantos especialistas para poner en pie un guión que parece escrito por un coleccionista de Gormitis. Cuesta creer que los autores de ese libreto, Rhett Reese y Paul Wernick, sean los responsables de esa estupenda comedia que es Zombieland.

Actores tan sólidos como Jonathan PryceRay Stevenson y Bruce Willis tienen que lidiar con diálogos imposibles. Habrá quien me diga que ésto no es una película de Billy Wilder. El problema es que es una superproducción Paramount y el público tiene derecho a ser exigente.

Dwayne Johnson, tan simpático como siempre, interpreta al único personaje que da coherencia a un relato en el que los tópicos resultan abrumadores, incluso para un espectador poco acostumbrado a ellos.

¡Qué curioso! ¿Armas ocultas en el armario de la cocina? ¿Una granada en el frutero? Eso me suena. ¿Adrianne Palicki se cambia de ropa mientras su turgente reflejo es admirado por un tímido voyeur? Anoten en su libreta la palabra florero. ¿Bruce Willis encarnando a un chistoso veterano, dispuesto a empuñar una ametralladora? Sorprendente, ¿no?

Sí, es verdad. Todo lo que nos cuentan ya lo hemos visto antes. La cuestión clave es que ya lo hemos visto antes, pero nos lo han contado mejor.

Un aviso para los que acudan al reclamo del cartel: Channing Tatum participa en la función, pero sale de escena muy pronto. Por lo que sabemos, sus escenas han sido rodadas de nuevo a posteriori, en un intento por subir el octanaje emocional de esta mezcla tan insípida. Cosas del cine moderno.

¡Ah, lo olvidaba! La película se estrena en Real 3D y Digital 3D. No figuro entre los incondicionales de este formato, pero sé que este aliciente agradará a más de uno.

Sinopsis

Continuación de la película de 2009 G.I. Joe, que recaudó más de 300 millones de dólares en todo el mundo, Paramount Pictures, MGM y Skydance Productions presentan, en asociación con Hasbro, una producción di Bonaventura Pictures: G.I. Joe: La venganza.

En esta segunda parte, el equipo de G.I. Joe no sólo tiene que combatir contra COBRA, su mortal enemigo, sino que se ven obligados a enfrentarse a una serie de amenazas procedentes de su gobierno y que ponen en peligro su propia existencia.

La película está protagonizada por D.J. CotronaByung-hun LeeAdrianne PalickiRay ParkJonathan PryceRay StevensonChanning Tatum con Bruce Willis y Dwayne Johnson.

Al productor Lorenzo di Bonaventura, quien ha participado en algunas de las sagas cinematográficas de mayor éxito de la historia, entre ellas la multimillonaria saga de Transformers, le parecía que la conclusión de la película dejaba la puerta abierta para seguir explorando el mundo de G.I. Joe.

“Creo que terminar la primera película sugiriendo que hay un impostor en el Despacho Oval era algo completamente único y que era interesante examinarlo… Era importante encontrar a un director que lo asumiera por completo y que fuera capaz de coger a todos esos personajes con tantos niveles y tratarlos con seriedad”, dice di Bonaventura.

Cuando decidían qué director debería dirigir la secuela, Adam Goodman, presidente de Paramount’s Film Group, sorprendió a di Bonaventura al sugerirle el prometedor director Jon M. Chu, quien acababa de terminar la película de enorme éxito de Justin Bieber Never say never. “La primera reunión entre Jon y yo fue bastante curiosa, porque sus experiencias son bastante diferentes de las mías y viceversa, pero descubrí que se había criado con la mitología de G.I. Joe contra COBRA y que comprendía la estética interna de lo que es G.I. JOE, y eso es algo valiosísimo”, recuerda di Bonaventura. “Tras haber hablado, descubrimos que los dos estábamos intentando hacer la misma película, y ha sido una asociación estupenda”.

En Chu, los productores vieron una mirada nueva con un auténtico entusiasmo y cariño por la serie. “Tiene una percepción profunda de estos personajes y le aporta una gran sensación de experimentación a sus películas”, dice el productor ejecutivo Erik Howsam.

Chu recuerda: “Me crié viendo G.I. Joe y ya me resultaban familiares antes de los dibujos animados y el cómic, y me pareció que con esta marca podríamos atraer a varias generaciones. Mi versión sería la que todo chaval fan suyo querría ver”.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Paramount Pictures, MGM y Skydance Productions. Cortesía de Paramount Pictures Spain. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.