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«Contacto», de Carl Sagan

En el prefacio de La conexión cósmica ‒su libro de 1973 que llegó hasta nosotros cinco años después‒ Carl Sagan dejaba clara su postura frente a esa ciencia a la que hemos acabado llamando exobiología o astrobiología, y que plantea la posibilidad de vida extraterrestre sin caer en los delirios anticientíficos de los cazadores de ovnis.

«Al cabo de siglos de complejas conjeturas ‒aseguraba Sagan en dicha obra‒, de especulaciones absurdas, conservadurismo indigesto y desinterés carente de toda posible imaginación, por fin ha llegado a su mayoría de edad el tema de la vida extraterrestre, y en la actualidad ha alcanzado una etapa práctica donde se la puede estudiar mediante técnicas rigurosamente científicas». Sin duda, establecer una opinión como ésta le costó al astrónomo más de una crítica, compensada por el apoyo institucional que impulsó el Proyecto Seti y que hoy ha normalizado este tipo de estudios en la NASA.

En esta revista ya hemos hablado anteriormente de la novela Contacto (1985), analizando el modo en que Sagan convirtió en ficción la posibilidad de un encuentro con inteligencias de otra galaxia. El libro, llevado al cine por Robert Zemeckis, regresa ahora a las librerías con la misma garantía que conservan las restantes obras de su autor: una amenidad que no disminuye ni su rigor ni ese empuje reformista que Sagan vinculó al pensamiento crítico y la cultura científica.

La trama de Contacto se debe al astrónomo y a su segunda esposa, Ann Druyan. Ambos fueron responsables del guión del citado largometraje y de una sinopsis previa que, en 1979, brindaron a la productora Lynda Obst. Fue ese primer borrador lo que dio lugar al libro que nos ocupa.

Quienes lean ‒o relean‒ Contacto se encontrarán con una trama sumamente entretenida, que no oculta la habilidad del autor en el campo de la divulgación científica. El otro asunto que se aborda en el libro ‒las relaciones entre ciencia y religión‒ fue uno de los temas predilectos de Sagan, quien de un modo u otro lo abordó en los distintos libros que fue publicando a lo largo de su carrera.

La protagonista, Ellie Arroway, es especialista en radioastronomía y su actividad viene a ser la misma que desarrollaron los promotores del Programa Seti, inspirado por Frank Drake: el rastreo de señales del espacio exterior y el filtrado de aquellas que pueden indicar la existencia de una civilización extraterrestre.

En la novela, ese mensaje sideral llega en forma de secuencia numérica, y por supuesto, genera una conmoción planetaria que Sagan encarna en la propia Ellie, sometida a presiones de todo tipo y convertida en figura central de un encuentro que, pese a la verosimilitud del asunto, parece digno de una fantasía desbocada. Por lo demás, nos hallamos ante un relato optimista, dado que Sagan estaba convencido de que esa reunión estelar tendría en nosotros un efecto positivo y esperanzador.

Con suma inteligencia, Carl Sagan explora todas las connotaciones que tendría un hallazgo de estas características, y refleja de forma convincente el modo en que la humanidad reaccionaría después de saber que ya no está sola en el universo. Por cierto, el hecho de que la Guerra Fría aún esté presente en sus páginas no supone un inconveniente a la hora de leer Contacto, sino un detalle de época que nos ayuda a contextualizar la historia de Ellie.

En el terreno puramente literario, la narración se aleja de la ambición estilística y queda aquí al servicio del discurso humanista y científico de Sagan. Esto último, lejos de suponer un inconveniente, viene a ser el máximo aliciente para quienes emprendan esta lectura tan recomendable y reveladora.

Sinopsis

Contacto es la única novela escrita por el astrónomo estadounidense Carl Sagan, uno de los mayores divulgadores científicos del siglo XX.

Tras cinco años de incesantes búsquedas con los dispositivos más sofisticados del momento, la astrónoma Eleanor Arroway consigue, junto a un equipo de científicos internacionales, conectar con la estrella Vega y demostrar que no estamos solos en el universo.

Empieza entonces un trepidante viaje hacia el encuentro más esperado de la historia de la humanidad, y con él Carl Sagan plantea magistralmente cómo afectaría a nuestra sociedad la recepción de mensajes de una civilización inteligente.

Contacto, Premio Locus 1986, desarrolla una de las constantes en la trayectoria del autor: la búsqueda de inteligencia extraterrestre y la comunicación con ella a través de sondas espaciales. En 1997, el director de cine Robert Zemeckis llevó esta historia a la gran pantalla, en una película protagonizada por Jodie Foster y Matthew McConaughey.

Carl Sagan (1934-1996), astrónomo, astrofísico y cosmólogo estadounidense, es considerado uno de los divulgadores científicos más importantes del siglo XX. Autor de numerosos best sellers, como Los dragones del Edén (Premio Pulitzer 1978) y Contacto (Premio Locus 1986), Sagan es sobre todo conocido por su obra Cosmos, el libro de divulgación científica más vendido de la historia, que inspiró la famosa serie de televisión Cosmos: Un viaje personal. Las innumerables publicaciones científicas de Sagan incluyen contribuciones sobre Venus, Júpiter o Marte, así como investigaciones acerca de la posibilidad de vida extraterrestre. Su trayectoria fue galardonada, entre otras distinciones, con dos Medallas de la NASA, un Premio John F. Kennedy de Astronáutica y un Emmy en la categoría de Logro Destacado Individual por Cosmos: Un viaje personal.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.