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«Batman: El Tribunal de los Búhos» (2011-2012), de Scott Snyder y Greg Capullo

Entre 2011 y 2016, el Nuevo Universo DC (The New 52, en su versión original) fue el enésimo reinicio de las historias y héroes de la editorial estadounidense, ideado para captar a las jóvenes generaciones y a los curiosos que se acercaban a los cómics atraídos por las películas, las series de televisión o los videojuegos.

Este reinicio generó bastante polémica entre los lectores veteranos, no muy contentos con la mayoría de las nuevas series y los retoques a los personajes clásicos, si bien es cierto que las críticas hacia la serie Batman, escrita por Scott Snyder y dibujada por Greg Capullo, fueron muy positivas.

Parte de la buena recepción se debe a que el detective de Gotham apenas sufrió cambios con este reinicio. Es más, volvía a su statu quo tradicional después de las extrañas aventuras a las que fue sometido previamente por el guionista Grant Morrison, que incluían viajes por el tiempo y un cambio en la identidad del héroe bajo la capucha.

Así pues, Bruce Wayne volvió a ser Batman, Dick Greyson se enfundó de nuevo en las mallas de Nightwing y Tim Drake pasó a ser Red Robin. Siguiendo en cierto modo la continuidad previa al reinicio de DC, el nuevo Robin era el altivo Damian Wayne, hijo de Bruce y Talia al Ghul.

Aunque fueron mínimos, hubo cambios: los personajes se muestran algo más jóvenes (en este nuevo universo, Batman llevaría unos cinco años en activo), y hay ciertos rediseños en el aspecto de los habitantes de Gotham, incluyendo el atuendo del detective, que adopta formas semi-acorazadas, herederas de la exitosa serie de videojuegos Arkham Asylum, con algunos toques del Batman de Frank Miller. Además, como le sucedió también al «nuevo» Superman, el Cruzado Enmascarado se libraba de esos calzoncillos por encima del pantalón que tantas bromas han generado a lo largo de los años.

El Tribunal de los Búhos (Batman vol. 2, nº 1-7, noviembre de 2011-mayo de 2012) es la serie que inauguró esta nueva continuidad. El número 1 de este Batman renovado nos mete en situación de manera directa y sencilla, presentando a los personajes a los recién llegados, pero sin recurrir a reiterativas «historias de origen». De hecho, en una sola viñeta, y gracias a la intervención de un conveniente ordenador parlante con reconocimiento facial, se hace un somero repaso al “quién es quién” de la familia Batman, sin darle más vueltas.

Este número también supone el prólogo a esta serie que, por cierto, cosechó todo tipo de éxitos y parabienes, y en la que el pasado de la familia Wayne y de la propia ciudad de Gotham afectaban muy directamente al detective murciélago.

Tanto Snyder como Capullo se esmeraron notablemente en otorgar gran protagonismo a Gotham City y su arquitectura, haciendo de la urbe un personaje vivo, amenazador pero también poseedor de una extraña belleza.

Tras la breve breve presentación de los personajes, seguimos a Batman metido en la investigación de un grotesco asesinato. Todas las pistas indican una relación con una leyenda urbana, el enigmático Tribunal de los Búhos. Pero eso no es todo, ya que en la escena del crimen hay ADN de un cercano aliado del detective, además de una nota que amenaza de muerte al millonario Bruce Wayne.

El guión de Snyder es más que correcto y muy fluido, alternando intriga detectivesca con acción hollywoodiense sin que el ritmo decaiga, e indagando en la simbiótica relación de Batman y Gotham.

Los textos de Snyder comparten un lazo de esa misma naturaleza con el exquisito arte de Greg Capullo, al que sólo se le puede achacar el excesivo parecido físico entre algunos de sus personajes, un detalle mínimo dentro de un trabajo exquisito y elegante, lleno de expresividad y movimiento. Además, como ya hemos comentado, efectúa un modélico retrato de las sombras de Gotham, pero también de sus luces.

En definitiva, este primer cómic de Batman supuso un prometedor comienzo para una serie excepcional.

En lo más profundo de Gotham

El enigma de los Búhos prosigue en los números 3 y 4 (enero-febrero de 2012). En ellos, la historia ideada por Snyder se va volviendo cada vez más interesante, con Batman investigando lo que, en principio, parece ser poco más que una leyenda urbana apenas susurrada, pero que cada vez se va haciendo más tangible y peligrosa para el célebre detective enmascarado.

El Tribunal de los Búhos es ahora una amenaza no tan fantasma, y se revela como una organización metida, literalmente, en el mismo tuétano de Gotham. Como ya dije, la propia arquitectura de la ciudad y el pasado de la familia Wayne están íntimamente relacionados con esta misteriosa organización secreta, que incluso tuvo su influencia ¿involuntaria? en los primeros pasos del joven Bruce Wayne como investigador justiciero.

Si el guionista Snyder parece deleitarse adentrándose en los recovecos más desconocidos de Gotham, Greg Capullo no se queda atrás elaborando, de nuevo, una perfecta ambientación, en la que uno casi puede escuchar los ecos del subsuelo y de las guaridas secretas. Capullo realiza un trabajo delicado, cuidando la expresividad de los personajes incluso en sus momentos más sosegados, y aportando la atmósfera adecuada, pero también brillando en las escenas de acción, no muy abundantes, aunque contundentes. Entre ellas, destaca un momento en el que, usando la tecnología ‒este “nuevo” Batman hace gala de cachivaches ultra sofisticados‒, convierte a un vagón de metro en un enorme electroimán.

Para rematar la calidad de este cómic, hay que destacar el muy acertado uso del color de FCO, con una combinación de tonos fríos y cálidos muy efectiva.

Batman en el laberinto

El primer enfrentamiento cara a cara (o máscara a máscara) de Batman con el Tribunal de los Búhos supone uno de los momentos más intensos de esta brillante saga de Snyder y Capullo. Durante los siguientes episodios (Batman vol. 2, nº 5-6, marzo-abril de 2012), asistimos a la tortura psicológica y física del héroe, encerrado en un pesadillesco laberinto, privado de sus herramientas y expuesto a una droga alucinógena que no mejora su situación.

Un mal trago que nos es servido en forma de cómic desquiciado, prácticamente perteneciente al género de terror, con ciertos ecos de la célebre bat-historia The Cult (agosto-noviembre de 1988). Aunque el guión de Snyder es lo suficientemente malévolo como para destacar, en estas páginas la verdadera estrella es Greg Capullo, de nuevo con la inestimable ayuda de los espectaculares colores e iluminación de FCO Plascencia.

Las expresiones y miradas desquiciadas de Batman, los rostros monstruosos y una agobiante luz artificial nos meten de lleno en la situación pesadillesca por la que pasa el héroe, a lo que hay que sumar un mareante y progresivo giro de 180 grados de las páginas, un giro literal que obliga al lector a dar la vuelta a su cómic.

Aunque un héroe es un héroe, llega un momento en el que nos preguntamos seriamente si existe alguna posibilidad de que Batman salga entero de la trampa que le han tendido, y si su fuerza de voluntad será suficiente. Lo que podemos decir es que el Hombre Murciélago intentará sacar el máximo provecho a sus aptitudes intelectuales y físicas, estas últimas quizá algo extraordinarias en este cómic.

Teniendo en cuenta que Batman es uno de los pocos miembros del panteón de DC que carece, en principio, de superpoderes, el lector habitual desearía que la fortaleza del detective se mantuviera a niveles humanos.

Exceptuando esa pequeña ‒y discutible‒ crítica, esta entrega de Batman es indispensable para cualquier «batmaniaco» que se precie de serlo, y en su momento, resultó especialmente espectacular para los que comenzaban a aficionarse al personaje a través del «Nuevo Universo DC».

La consolidación de Snyder y Capullo

La amenaza que supuso para nuestro héroe la fraternidad secreta de los Búhos permitió a Capullo elaborar un trabajo expresionista, intenso y fascinante, a la altura de los guiones escritos por Snyder. Ya habíamos visto a Batman enfrentarse más de una vez en Gotham con diversas sociedades secretas, pero sin duda, esta nueva logia criminal ‒que, al parecer, controla los hilos de la ciudad desde hace mucho, mucho tiempo‒ superó las expectativas de muchos de los que nos acercamos a este nuevo ciclo del personaje.

Como es natural, el impacto que supuso este enfrentamiento del Caballero Oscuro con el Tribunal de los Búhos tuvo otras ramificaciones. Así, durante unos cuantos números, también fueron apareciendo los distintos crossovers que se derivaron de la trama principal, reunidos en el evento La Noche de los Búhos (abril-mayo de 2012).

Copyright del texto © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © DC Comics. Cortesía de ECC. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).

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