Guzmán Urrero
Hipnotizados por la inmediatez de nuestra época, continuamente arrobados por la cultura popular anglosajona que nos envuelve y nos hechiza, los españoles olvidamos todo aquello que realmente sucedió en nuestra historia, y que sólo cobra vida de forma ocasional y distorsionada, con las habituales hipérboles negativas que brotan de la leyenda negra.
Lo cierto es que tenemos muy serios problemas para digerir el pasado. ¿Cuáles? Uno sobre todo: la tendencia a situarnos en el lado de los villanos, los cainitas y los fracasados. Estamos seguros, y así lo comentamos a la menor oportunidad, de que el destino colocó siempre a los nuestros en un escalón inferior. Mientras tanto, callamos y escuchamos el mensaje de otros países más habilidosos con el márketing, dispuestos a convertir su historia en materia narrativa y a vender a sus grandes personajes como héroes literarios o audiovisuales de primerísimo nivel. El pueblo inglés ha sido modélico en este empeño, a tal extremo que incluso los españoles hemos glorificado ‒es un decir‒ a aquellos piratas y marinos británicos que tanto se empeñaron en acabar con nosotros, siempre con la bendición de su graciosa majestad.
Como si nos hubieran aplicado una penitencia, alternamos ese masoquismo con una amnesia casi patológica a la hora de valorar los momentos más épicos del devenir nacional.
«¿La épica de nuestro pasado? ¿Y qué diablos es eso?», se preguntará el lector criado sentimentalmente por Marvel, Disney o Netflix. No creo que yo pueda resolver esa duda en pocas líneas, así que me parece más oportuno recomendarle este libro: Acero y gloria, en el que Álvaro van den Brule relata las principales batallas de los Tercios españoles como estas merecen. Es decir, como aventuras trepidantes, heroicas y asombrosas, protagonizadas por figuras que no merecen el olvido.
Sencillamente así, con ese brío literario que el autor confiere a su relato, accedemos a una serie de episodios que, en manos británicas o norteamericanas, ya hubieran alimentado mil películas y teleseries.
Por un lado, Acero y gloria nos brinda una lectura amenísima e irresistible. Por otro, nos reconcilia ‒y esto es un mérito aún mayor‒ con las hazañas de los Tercios, una institución militar que, en palabras de Van den Brule, fue una referencia social por sus valores implícitos: «honor, sacrificio mutuo en lo corporativo, un arraigado concepto del deber y el sacrificio como elemento motor en pos de la victoria».
Como ya señalé al principio, es una lástima que el colonialismo cultural y la torpe identificación del pasado español con la leyenda negra (reavivada por contraste con la leyenda rosa que promovió el franquismo) nos impidan recurrir a ese legado con la naturalidad que exhibe el resto de las democracias europeas.
Sin embargo, aún hay esperanza. Quizás ‒escribe el autor‒, «con los mimbres de aquel espíritu nuestra nación pueda volver a mirar al futuro tejiendo alternativas de excelencia que nos vuelvan a reportar la admiración y el reconocimiento de aquellos tiempos; basta con mirar a dónde hemos llegado como consecuencia de nuestras diferencias de patio de corrala».
Sinopsis
De Italia a Flandes o de Filipinas a México, los tercios españoles combatieron por la Monarquía Hispánica con gran honor y bravura.
Este libro se acerca con épica y realismo a las grandes batallas, por tierra y mar, que estas tropas libraron para situar al Imperio español como la mayor potencia de la época Moderna. Diestros soldados, cualificados oficiales y grandes generales fueron los protagonistas de esta epopeya histórica irrepetible en la que el lector recorrerá los campos de batalla de Ceriñola, Pavía, Castelnuovo, Breda, Empel, Lepanto, Otumba o Cagayán, entre otras.
Álvaro van den Brule Arandia es un historiador de origen holandés, nacido en el País Vasco e hijo adoptivo de Madrid. Desde 2012 cuenta la Historia de España de manera épica y con un toque de humor inconfundible en una exitosa sección en el periódico digital El Confidencial, donde ha publicado más de quinientos artículos. Es a su vez poeta (con obras como Damnatio Memoriae y La Camisa de mi Hermano) formado en el Laboratorio de creación La Piscifactoria dirigido por el también poeta Gonzalo Escarpa. Además, es el presidente de la ONG Ajedrez sin Fronteras-Chess Without Borders, que cuenta con diecisiete escuelas abiertas en todo el mundo en lugares donde la tragedia y la marginalidad están muy presentes entre los más desfavorecidos.
En La Esfera ha publicado con gran éxito Inglaterra derrotada. Las grandes hazañas navales de España frente a su mayor enemigo.
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