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«A sangre y fuego», de Manuel Chaves Nogales

Por su carácter definitivo, esta edición completa de A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España, impresa por la editorial Renacimiento en su colección Espuela de Plata y ejemplarmente preparada por María Isabel Cintas Guillén, es un verdadero acontecimiento en nuestras letras.

El periodista sevillano Manuel Chaves Nogales no solo constata la realidad atroz de nuestra Guerra Civil, no sólo recrea las motivaciones –miserables o provistas de sentido– de quienes sufrieron e hicieron sufrir en ambos bandos, sino que, como el gran escritor que fue, convierte en excelente literatura los pormenores de aquella barbarie cainita.

En esta serie de once relatos –dos de ellos desconocidos, inéditos en libro– Chaves Nogales encierra la mirada de la Tercera España: ni reaccionaria ni revolucionaria, democrática, hija de la Ilustración, horrorizada con la violencia liberticida de la sublevación y desgarrada con la sangrienta y caótica deriva del bando contrario.

Todo ello sin equidistancias. El autor cree en la legalidad republicana, pero pone pie en pared cuando el horror trasciende las siglas y ensucia los emblemas de unos y de otros. Hablamos de un verdadero liberal, acorralado entre el totalitarismo de los nacionales y la dictadura del proletariado ambicionada por una parte de sus contrarios. De hecho, en la hora del exilio, Chaves reconoció que «había contraído méritos bastantes para ser fusilado por los unos y por los otros».

Esta aproximación ecuánime, llena de valentía, profundamente sincera, incomodará a los aficionados a los lugares comunes, que son legión en este país de sectas y trincheras, siempre dispuesto a hacerse trampas en el solitario.

A los demás, esta lectura ha de resultarles conmovedora, apasionante y también terapéutica. No en vano, para sanar viejas cicatrices, primero hay que exorcizar a nuestros demonios ocultos.

La edición, prologada por Andrés Trapiello, es magnífica en todos los sentidos. También en el estético: baste con decir que cada relato viene acompañado por las ilustraciones con las que éstos fueron apareciendo en la prensa entre 1937 y 1938.

En cierto sentido, estas son creaciones a medio camino entre el periodismo y la ficción. Buscando un fácil paralelismo audiovisual, casi podríamos hablar de docudramas literarios, en los que el género del reportaje y el del cuento se entremezclan con enorme fortuna.

Durante décadas, la obra literaria de Chaves ha sido silenciada en el mundo intelectual y universitario. Por suerte, su presencia vuelve a ser reconocida, aunque sin la rotundidad que merece.

Como saben los admiradores de Chaves Nogales, esta recuperación se debe a un ensayo fundamental, Las armas y las letras, en cuyas páginas Trapiello incluyó fragmentos muy reveladores de A sangre y fuego, gracias al redescubrimiento del libro por parte de Abelardo Linares.

«Chaves –escribe Trapiello en el prólogo de esta edición–, que conocía como periodista el valor de las pruebas en el escenario del crimen, se apresuró a dejarnos su testimonio antes de que nadie pudiera eliminarlas o manipularlas. Su mérito fue advertir y denunciar antes que nadie la semejanza del terror, que estaba siendo igual en uno y otro bando, adelantándose a quienes poco después, como Hannah Arendt, iban a descubrir también la raíz común del mal, esa poetización de la Historia que estaba justificando en toda Europa masacres sin cuento.»

Sinopsis

A sangre y fuego se ha convertido en el libro más representativo y reeditado de Manuel Chaves Nogales y también en una de las obras capitales de la caudalosa, casi inabarcable narrativa sobre la guerra civil española.

Esta de ahora puede considerarse la definitiva y primera edición completa, pues se añaden aquí dos nuevos relatos inéditos en España enviados por Chaves a la revista cubana Bohemia y a la mexicana Sucesos para todos a finales de 1937, y que forman parte del mismo ciclo.

Para Andrés Trapiello, prologuista de esta edición, y el primero en señalar la verdadera importancia de esta obra (Las armas y las letras, 1994), Chaves, como narrador, no atiende aquí a discursos ideológicos sino a los «hechos escuetos, contados con brío en una prosa vibrante que tiene lo mejor del Baroja de las Memorias de un hombre de acción y lo mejor del Valle-Inclán de El ruedo ibérico, con los ecos al fondo de la Caballería roja de Isaac Babel».

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.